Uruguayos ¿ Víctimas o victimarios?
Uruguayos y uruguayas:
Que hablamos mucho, y hacemos poco…
Que no terminamos hoy lo que podemos dejar para mañana…
Que no se trata solamente de los funcionarios públicos, señores.
Se trata de la Realidad Uruguaya.
Que no solamente se trata de la realidad uruguaya sino de la realidad del cono sur.
Que no solamente se trata del cono sur sino de Latinoamérica.
Que no solamente se trata de Latinoamérica sino del fenómeno tercermundista.
¿Quién tiene la culpa de haber llevado al Uruguay, a la hecatombe y de enviar, por lo menos, a un coterráneo por día al exilio?
¿Los políticos corruptos?
¿La falta de trabajo o la falta de ganas de trabajar?
¿El huevo o la gallina?
Pero cómo nos cuesta aceptar nuestras miserias. Fácilmente hallamos culpables para todas nuestras desgracias. Y nunca somos nosotros. El vecino, “dios no lo quiso”, el jefe, los políticos, “espero el momento justo”.
El gran aparato burocrático se sustenta en la existencia del “modelo servil”, individuo que no es dueño de grandes aspiraciones, salvo ascender mediocremente, a través de tenacidad, obediencia, y acato. Nada de jugársela por nada, brasevisto.
- Por las dudas, yo no opino, hago lo que diga la mayoría- se cubre ese sujeto adulador, matriz del engranaje de piezas dentro de la sociedad uruguaya.
Que yo espero por vos, que vos esperás por mi, y nos quedamos petrificados, esperándonos mutuamente.
Y cuánto esperamos. Dinero, trabajo, salud, éxitos, suerte. ¿Y qué hacemos por la nuestra ?¿Qué grado de responsabilidad tiene cada hombre en su destino?
Gertrudis Cohen es una abultada contribuyente del barrio Pocitos. Apenas sale el sol, y Gertrudis saca a Gervasio, su pichicho, a respirar el aire matinal: - Pobrecito, tiene que hacer caca. - ¿Si la voy a recoger? - ¡No, nena, cómo voy a bajar todos los días con la bolsita, me de asco! – Pero Gervasio no hace caca en la alfombra color manteca del comedor.
No le hagas a los demás, lo que no te gusta te hagan a vos…