martes, 20 de julio de 2010

Cerrado por Involución.


Ni los hombres son de Marte ni las mujeres son de Venus. Atrás parecen haber quedado esos tiempos en que ellos elegían para casarse una esposa virtuosa y hacendosa, para luego convertirla en una santa y amorosa madre. Atrás parecen haber quedado esos prejuicios que dicen que las mujeres son corazón y emoción, mientras que los hombres son acción y sexo.

Mujeres que sólo existían y se inventaban para ellos, los hombres, viviendo a su imagen y semejanza, para engendrar los vastos descendientes de la dinastía del Matrimonio. Y de gozar, ni hablaban.

"Vieja, preparate que papuchi quiere guerra", anuncia El Pepe orondo apenas llega a casa, y pone sus pobres piececitos en la palangana que La Patrona le ha preparado. Acto seguido devora con voracidad los bocadillos que ella (o su empleada) ha elaborado embelesada.

El Pepe, arriba, la Patrona, abajo; todo muy rapidito y efectivo. La Patrona sólo abre las piernas, mientras piensa "Que acabe ya este Infierno ya que estoy cansada", El Pepe, eyacula sumido en los más terribles espasmos, imaginando a Madonna besando a Britney Spears, y a John Holmes Long en el medio. Sin percatarse en lo más mínimo por el placer de La Patrona.

Es que "El Pepe", tiene "sus secretillos". Cuando se va de juerga, pide sexo oral, y anal. "Eso sólo se les pide a las putas", se vanagloria el muy ignorante.

¿Atrás parecen haber quedado esos tiempos?

Matrimonios insatisfechos, búsqueda de complementos afuera de casa.

¿Habrá que revisar los preceptos matrimoniales y el tradicional modelo de familia?

Los tiempos han cambiado, y no es condición imprescindible ser una pareja heterosexual para satisfacer el deseo de procrear. Ni siquiera es necesario estar en pareja, al fin y al cabo.

Pero, los obsoletos bastiones de moralidad emergen de las profundidades del infierno, para juzgar como enfermos a los individuos que tienen preferencias sexuales diferentes.

Aún se siguen criando niños a quienes sus padres censuran el descubrimiento del cuerpo y la sexualidad. Muchos progenitores creen que reprimiendo evitarán que sus hijos sean violados en las calles. Y es justamente al revés, explicando todo lo más claramente posible.

- "Nene, vos tenés que ser un As en la cama" - exclama un imbécil devenido en padre. "Tan solo pensarlo, y me pongo nervioso", piensa el hijo, es demasiada presión. Así, esos demonios van minando todo resabio de una sexualidad sana y terapéutica para engendrar un problema.

¿Por qué tanto nos cuesta como sociedad progresar en este sentido?

¿Qué es lo que nos detiene? ¿Intereses? ¿Lo religioso? ¿La hipocresía?

Para pensar.
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