Existen dos Tipologías de individuos, y las características son inconfundibles, y lo revelan todo: Su nivel de sabiduría, de inteligencia, de bondad, de egoísmo, de hipocresía.
Hay Indicadores que jamás fallan.
El razonamiento es muy simple. La persona que está segura de la calidad de su trabajo (ya sea en lo profesional, en lo artístico, etc.), no necesita nada más. ¿Por qué? Porque por sí misma, sabe lo valiosa que es. Y no necesita ratificación alguna del afuera para comprobar si es buena, o mediocre.
Hay Tres Indicadores que con revelan todo de la esencia de ese individuo.
Indicador I. Currículum.
Llega X, y te cuenta ene veces absolutamente todos eventos en las que participó, no importa que te esté hablando siempre de los mismos eventos, eso, para que “entiendas” que él es “bueno”. Le encanta hacer autobombo y te dice cosas del estilo: “Mi Monografía Monógrafa, fue premiada en Caramuchita”. Pero si por si acaso te quedara alguna duda, y efectivamente, para que te quede claro que efectivamente su Monografía fue premiada en Caramuchita, te lo reitera, no sea cosa que ¡te olvides que estás ante un “baluarte” de sabiduría!
Indicador II. Discurso.
X además, tiene un discurso preparado, sobre algún tema destacado para él. Pero, lo que X ignora, es que cuando tal auditorio, se da cuenta de que se trata del mismo discurso por enésima vez, es que uno comprende que es parte del “lobby” de X, porque X subestima su auditorio. Pero X ignora, de por más que utilice distintos sinónimos para hacer referencia a ese magistral discurso, lo que revela, es, que es algo aprendido de memoria, y nada espontáneo, lo cual es percibido de inmediato, ya sea por la persona más inteligente o la más estúpida.
X tiene que “avisar” a los demás de su talento a través del mentado discurso, porque no está bien seguro de que todos sepan que es el mejor de los profesionales/artistas, etc, entonces te lo aclara, para que no te quepan dudas.
Esta patología lo que desvela es una autoestima pobre con respecto a la calidad de su trabajo.
Indicador III: Vínculos.
Este perfil de autoestima pobre, se ve reflejado en que X necesita de la aprobación de los demás, para que entonces quede demostrada la calidad de sus obras.
Es entonces, cuando X se pregunta:
“¿Qué me conviene? ¿Quedar bien con Fulano o Mengano?”
Es decir, para este tipo de Individuos, cuya autoestima está baja, es de trascendental importancia lo que dicen de los otros de ellos.
Por lo tanto, analizan minuciosamente y calcula absolutamente todos sus vínculos en base a quién le harán Sumar Puntos y quiénes se los harán Restar.
Es decir, como nada es más importante para X que ese vínculo, y tal la magnitud de relevancia del mismo es X es capaz de por esa noble causa de perder afectos auténticos. ¿Por? Porque si esos afectos auténticos le hacen Restar Puntos, listo.
El Fin justifica los Medios.
Pero como el amor es ciego y sordo, uno a sus amigos, los ama, sin importar sus Indicadores. Pero, cuando uno asume aceptar un amigo que le da más valor a los vínculos que le convienen que a los “vínculos” que lo quieren, más allá de todo, no debería sorprenderse de que cuando le convenga estar bien con alguien que a uno ( su amigo, sí, su amigo) no lo quiere, inmediatamente tomará partido por ese Otro.
Y vos, Nena, ¿creías que X era tu amigo? ¿Confiabas en X?
Entonces, ¡que querés que te diga, Nena! Ya sabías de antes, porque vos que sí sos inteligente, y si decidiste a pesar de todo, ser su amiga, ahora andá a llorar al cuartito.
Anna Donner © 2010
Hay Indicadores que jamás fallan.
El razonamiento es muy simple. La persona que está segura de la calidad de su trabajo (ya sea en lo profesional, en lo artístico, etc.), no necesita nada más. ¿Por qué? Porque por sí misma, sabe lo valiosa que es. Y no necesita ratificación alguna del afuera para comprobar si es buena, o mediocre.
Hay Tres Indicadores que con revelan todo de la esencia de ese individuo.
Indicador I. Currículum.
Llega X, y te cuenta ene veces absolutamente todos eventos en las que participó, no importa que te esté hablando siempre de los mismos eventos, eso, para que “entiendas” que él es “bueno”. Le encanta hacer autobombo y te dice cosas del estilo: “Mi Monografía Monógrafa, fue premiada en Caramuchita”. Pero si por si acaso te quedara alguna duda, y efectivamente, para que te quede claro que efectivamente su Monografía fue premiada en Caramuchita, te lo reitera, no sea cosa que ¡te olvides que estás ante un “baluarte” de sabiduría!
Indicador II. Discurso.
X además, tiene un discurso preparado, sobre algún tema destacado para él. Pero, lo que X ignora, es que cuando tal auditorio, se da cuenta de que se trata del mismo discurso por enésima vez, es que uno comprende que es parte del “lobby” de X, porque X subestima su auditorio. Pero X ignora, de por más que utilice distintos sinónimos para hacer referencia a ese magistral discurso, lo que revela, es, que es algo aprendido de memoria, y nada espontáneo, lo cual es percibido de inmediato, ya sea por la persona más inteligente o la más estúpida.
X tiene que “avisar” a los demás de su talento a través del mentado discurso, porque no está bien seguro de que todos sepan que es el mejor de los profesionales/artistas, etc, entonces te lo aclara, para que no te quepan dudas.
Esta patología lo que desvela es una autoestima pobre con respecto a la calidad de su trabajo.
Indicador III: Vínculos.
Este perfil de autoestima pobre, se ve reflejado en que X necesita de la aprobación de los demás, para que entonces quede demostrada la calidad de sus obras.
Es entonces, cuando X se pregunta:
“¿Qué me conviene? ¿Quedar bien con Fulano o Mengano?”
Es decir, para este tipo de Individuos, cuya autoestima está baja, es de trascendental importancia lo que dicen de los otros de ellos.
Por lo tanto, analizan minuciosamente y calcula absolutamente todos sus vínculos en base a quién le harán Sumar Puntos y quiénes se los harán Restar.
Es decir, como nada es más importante para X que ese vínculo, y tal la magnitud de relevancia del mismo es X es capaz de por esa noble causa de perder afectos auténticos. ¿Por? Porque si esos afectos auténticos le hacen Restar Puntos, listo.
El Fin justifica los Medios.
Pero como el amor es ciego y sordo, uno a sus amigos, los ama, sin importar sus Indicadores. Pero, cuando uno asume aceptar un amigo que le da más valor a los vínculos que le convienen que a los “vínculos” que lo quieren, más allá de todo, no debería sorprenderse de que cuando le convenga estar bien con alguien que a uno ( su amigo, sí, su amigo) no lo quiere, inmediatamente tomará partido por ese Otro.
Y vos, Nena, ¿creías que X era tu amigo? ¿Confiabas en X?
Entonces, ¡que querés que te diga, Nena! Ya sabías de antes, porque vos que sí sos inteligente, y si decidiste a pesar de todo, ser su amiga, ahora andá a llorar al cuartito.
Anna Donner © 2010