lunes, 30 de enero de 2012

El padre nuestro Artigas


El Padre nuestro Artigas
señor de nuestra tierra
que como un sol llevaba
la libertad en pos.”
(Fragmento del Himno a Artigas)

Calor agobiante. Formados aguardamos para ingresar al patio del colegio donde prometeremos la bandera, el día del natalicio de nuestro prócer, que nos mira desde el cuadro de Blanes, a las puertas de la Ciudadela. 

Impasible, con su uniforme de blandengue, su rostro impone una imagen de respeto, desde primer año de escuela se nos ha grabado en el inconsciente, decían de él nuestras maestras “perfil aguileño mirada penetrante”, lo decían también todos los bustos de bronce del prócer, así permanecía él, “Pepe”, inmóvil, inmutable, así trascendió el “Pepe” en el tiempo, así penetró al imagen del Pepe en el pensamiento de todos los niños. 

Números y nombres, hojas “Tabaré” con la imagen pertinente: 19 de junio de 1764, Natalicio de Don José Gervasio Artigas, 18 de mayo de 1811, Batalla de las Piedras, y así quedaba registrado, 19 de junio natalicio de artigas 19 de mayo batalla de las piedras, y El Cuadro, claro está, cuadros de batallas, y siempre el impertérrito rostro del prócer, siempre el Mismo Rostro.

“¿Y donde vivía, cómo fue su niñez, jugaba a la pelota, dormía en el dormitorio con sus hermanos, sus padres cenaban en una cocina, dónde vivía cómo vivía cómo era?”, era la pregunta que nunca dejaba de hacerme. 
Pero nada de lo que nos enseñaban tenía que ver con eso, sino con batallas y banderas. 
Así, El Héroe, era eso, un héroe, que estaba adentro de un busto de bronce, o adentro de una pintura de Blanes.

Hoy, a muchos años de todo eso, creo que existe un gran agujero negro en toda la historia que concierne a nuestro prócer. 

En “Amores Cimarrones”, Marcia Collazo Ibáñez tuvo la osadía de poner por escrito que “el padre nuestro Artigas” tenía sentimientos pecaminosos, peor aún, estuvo con todas las hembras (“chinas”) dispuestas de toda la Banda Oriental. 
Nadie nos enseñó que tuvo un amor platónico con Isabel Sánchez, residente de la Villa de Soriano, con ascendencia indígena, nadie tampoco nos enseñó que su esposa legítima, (y prima) Doña Rosalía Villagrán fue la mujer más infeliz del mundo y si la vio diez veces es exagerar mucho. 
Tampoco nadie nos contó que paralelamente en vida de Doña Rosalía Villagrán “el padre nuestro Artigas” contrajo matrimonio con Melchora Cuenca, y si eso no es bigamia, yo me bajo en la próxima.
Nadie nos contó que “el padre nuestro Artigas” era despiadado en lo que respecta a “asuntos del corazón”, es imposible llevar la cuenta de todos los corazones que rompió, de todas las féminas a quienes hizo sufrir, comenzando por su legítima esposa Rosalía, quien luego de haber parido dos niñas que murieron, y de haberla dejado sola en medio de la barbarie de las invasiones inglesas, perdió la razón buscándolo a él entre cadáveres depositados en la Iglesia Matriz, la misma donde antes se hubieron casado.
Nadie tampoco nos ha enseñado qué había exactamente en el Ayuí, donde parecería ser que no imperaba ley alguna, y “el padre nuestro Artigas” hacía y disponía de todas las vidas. 

Según el libro “Artigas. La Redota”, también su autor Pablo Vierci tuvo la osadía de poner en letras que el rostro del “padre nuestro Artigas” fue un invento del presidente Máximo Santos, quien le habría encargado a Juan Manuel Blanes retratarlo, a partir de unos escasos dibujos, en donde no aparecía rostro alguno. Tal es así, que Santos no quedó conforme con la primera versión que hizo Blanes, por tratarse de un rostro que no imponía “seriedad” y pretendiendo Santos tal rostro se impregnase en la memoria colectiva de niños, adultos y ancianos, y Blanes tuvo que corregirla y así surgió el sublime retrato que todos percibimos en primer año de escuela de “el padre nuestro Artigas” en la puerta de la Ciudadela.

Sin embargo, resulta extraño que nadie le hubiera pintado un retrato al “padre nuestro Artigas” en vida, o acaso ¿no había dibujantes, o pintores que hubieran podido hacerlo?

Lo dicho, hoy, a muchos años de todo eso, creo que existe un gran agujero negro en toda la historia que concierne a nuestro prócer. 
Sólo queda preguntarnos ¿Por qué?

Anna Donner Rybak © 2012

Opa opa, SOPA


¿Quién no recuerda esa perturbación, ira, disgusto, fastidio, esa vehemencia por asesinar a tu molesto hermano menor cuando estabas con una amiga hablando de algún amooorrrr, y escribías corazones dondequiera que decían PEPE x MARÍA, y entonces ese cántico que provenía de la vocecita de la nefasta criatura, sí, tu hermano menor que decía "Opa opa, María quiere sopa, y Pepe se la da con un beso en la boca, opa, opa"?
(Aclaro que mi hermano de casualidad sigue vivo, puesto que muchas de mis amigas intentaron exterminarlo, pero tuvo suerte y se salvó.)

¿Y quién no recuerda cuando en tiempos donde a todos los niños se los hacía comer, comer y comer, y venía o una abuela, o una tía, y decía "¡No te levantás de la mesa hasta que no termines la sopa!"

¿Y quién no recuerda a Mafalda y su aversión a la sopa? "¡La sopa es a la niñez lo que el comunismo es a la democracia!"

Lo que más me fastidia a mi es que cada vez que alquilo un dvd, primero viene ese reclame tan paupérrimo como fastidioso y ridículo.

Dice en un portal mexicano: "Las personas que vivimos en este país hemos tenido que aguantar totalmente en contra de mi voluntad este tipo de pendejadas. ¿Por qué contra mi voluntad? porque yo voy a ver una película y esto lo ponen antes, sin preguntarme. son largos y molestos; jode también que algunos se ríen, porque intentan ser chistosos, pero más que eso son molestos, ridículos, irreales y estúpidos. No tengo idea quién es el responsable de haber escrito el guión y de hacerlos pero a ellos y a las disqueras les agradezco por joderme un par de películas que quería ver placidamente en el cine y no pude por el enojo."

Está el de la abnegada madre, que le pregunta a su hijo si ya estudió para su examen, y el hijo responde: "No, me voy a copiar", la madre pone cara de zombie, y el hijo dice (señalando una película trucha que tiene casualmente la madre en ese momento): "Si tú traes películas pirata, yo también puedo copiarme en el examen".

O este del hombre que va a una entrevista de trabajo por un puesto, y al entrar tiene en su mano su curriculum vitae, y una película trucha. Entonces los ojos del gerente adquieren una expresión mortuoria, y le dice "No se moleste en sentarse, ya le llamaremos", el hombre dice "¿No quiere que le deje mi CV?", y el gerente responde "No hace falta; le llamaremos".

Todo eso, y la tan mentada ley "SOPA", no es otra cosa que una gran farsa. 

No tiene sentido el tema "piratería" luego de la existencia de Internet, un eterno repositorio de datos mundial.  

De Internet hablando, cuando uno DECIDE oprimir el botón "Publicar", la información ya está a disposición de TODOS. Para que (entonces) no se copie, ¿habría que mantener todo en el anonimato? 

El  verdadero interés de la ley SOPA está muy lejos de inculcar valores morales, o de prevenir el "delito", sino el provecho que ya no obtienen las discográficas, que bajo el lema de "los derechos" engrosaban y engrosaban sus arcas, y se quedaban con las 3/4 de las ganancias y el AUTOR, percibía un ínfimo porcentaje.

El tema es, entonces  El DINERO que pierden las discográficas y afines por el tema de la "piratería". 
La propaganda anti-piratería la coloca a la altura de un CRIMEN equivalente más o menos a un HOMICIDIO.

Tan ridículo resulta el asunto que entonces, alguien nos debería de haber condenado cuando en los 80 grabábamos nuestros casettes artesanales de la radio, todo a pulmón, sacando al insoportable Rupenian o Mullins cuando "arruinaban" el tema y cuando sonaba el primer acorde cecían: "Y con ustedes.. (ej) en .. Radiomundo tal ....
Con esos criterios, uno entonces ¿ cuando grabó su casette artesanal fue un criminal? 

LA SOPA es para seguir apoyando capitalismos, al fin y al cabo, ops que me puse demagoga.

Anna Donner Rybak © 2012

Coronel Antonio Ginori

MURIO EL VENCEDOR DE SANTOS EN EL FAMOSO "ATAQUE" AL CERRO.
GRAN SOLDADO.
QUISO PROBAR EN UN SIMULADRO LA FORTALEZA
DESAPARECE CON EL GENERAL GINORI UNA GRAN FIGURA

(Publicación de época, fecha 5/4/1935.)

Su actuación en la explosión de la S. Bárbara
A la edad de 85 años, ha fallecido el coronel retirado don Antonio Ginori, figura muy destacada entre los militares que actuaron en los últimos decenios del siglo pasado. Su deceso ha provocado honda consternación en los círculos militares donde el coronel Ginori gozaba de general simpatía. A su sepelio realizado en la tarde de ayer, concurrió numeroso público.

Sus comienzos en la vida militar.La vida militar del coronel Ginori, comenzó en el año 1868, actuando en calidad de soldado en el batallón de Guardias Nacionales que existía en aquella época.
Al poco tiempo pasó a prestar servicios en el regimiento de Artillería, en cuya cuartel estaba la "Santa Bárbara",- depósito de explosivos instalado en el lugar donde hoy se levanta el edificio del Cuartel de Bomberos.

En la explosión del año 1871.
En 1871, cuando el país estaba convulsionado por la revolución encabezada por Timoteo Aparicio, el entonces capitán Ginori era uno de los oficiales que tenían a su cargo aquel depósito y se produjo la violenta explosión que conmovió a toda la población montevideana por las trágicas proyecciones que tuvo. El Capitán Ginori hubo de extremarse, poniendo muchas veces su vida en peligro para salvar la de sus soldados heridos que habían caído bajo los escombros al producirse el derrumbe parcial del cuartel.

Acciones de guerra.
El coronel Ginori tuvo actuación destacada en las campañas por las revoluciones de Timoteo Aparicio en el año 1870 en la revolución tricolor, formando parte del regimiento de Artillería y en la guerra civil de 1897 donde actuó como ayudante del General Máximo Tajes.
Combatió en las batallas de Mansavillagra, Manantiales, Sauce, Olimar y Frayle Muerto.

Una promesa del Gral. Santos.
Una de las incidencias más destacadas de la vida del militar que acaba de fallecer, es sin duda alguna el rechazo de las tropas al mando del Gral. Máximo Santos, que intentó tomar la fortaleza cuando el coronel Ginori, entonces comandante, era jefe de la Fortaleza del Cerro.
Habíanse realizado allí grandes reformas y se había fortificado convenientemente, por lo que el jefe, al dar cuenta al general Santos de la terminación de aquellos trabajos, le manifestó que la Fortaleza había quedado en condiciones tales que podía considerarse poco menos que inexpugnable.
El general Santos, puso en duda tal afirmación diciéndole que algún día le probaría su error.
El coronel Ginori olvidó la última afirmación del Presidente de la República. Se olvidó o supuso que era una promesa hecha sin intención de cumplirla.

Rechazo de las tropas al mando de Santos.
El 27 de enero de 1886, hubo en la ciudad un movimiento inusitado de tropas. La escolta presidencial, el regimiento de Artillería con 8 cañones y el 5.0 de cazadores pusiéronse en marcha con Santos al frente. A las 10 de la noche, sigilosamente, acamparon en la falda del Cerro a 1300 metros de la Fortaleza.
Las sombras protegían la maniobra, impidiendo que fuera percibida por ningún centinela.
Y de inmediato se organizó el ataque. "Simulacro" calificó después Santos a aquel asalto donde fueron heridos varios de sus soldados.
La guardia de la Fortaleza, que desconocía la identidad de los atacantes, hizo una descarga cerrada sobre ellos. Cuando Ginori se enteró de que las tropas que atacaban la Fortaleza a su mando realizaban un "simulacro" de ataque dio orden de defenderla con balas de fogueo.
Pero el resultado fue contrario a las tropas presidenciales que debieron retirarse derrotadas.

jueves, 26 de enero de 2012

Entre Todos


En “No hay mucha distancia entre la satisfacción y la suficiencia”, vimos cómo es que las decisiones propias son un compromiso con la humanidad por entero. Pero, esto es tan sólo una parte del “asunto”. Es preciso ahondar en EL OTRO, puesto que el mundo es un infinito de individualidades. Es preciso, entonces, que esas individualidades se vinculen del modo más adecuado.  ¿Y cuál es el modo más adecuado de que las individualidades se vinculen? Buena pregunta.

Las acciones aisladas conducen a la separación, la incomunicación y el desamparo. Es conveniente, entonces los individuos se agrupen según unos intereses comunes, para ejercer acciones en colectivo, globales. 

Ser egoísta no es en absoluto el excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás. 

Etimológicamente, el vocablo “egoísta” viene de egoísmo: Egoísmo: ego (yo, el ser individual) e ismo (práctica de) 

Por ende, ser egoísta no está mal. Ser egoísta significa que uno es el centro de su mundo, significa que "Se quiere"; y quererse.a.uno no es malo; todo lo contrario, es bueno, desde el punto de vista de la psicología significa tener la autoestima en equilibrio.  Al ser egoísta uno es dueño de su mundo, y está bien. Lo que sí está mal es pretender ser el dueño del mundo propio y del mundo de todos los demás. (ególatra) 

Hay tantos mundos como personas existen, porque todos ven el mundo encerrados en un cuerpo y a través de unos ojos. Todos los ojos son distintos, así que todos ven al mundo distinto. ¿Como UNO le va a pedir a OTRO que vea el mundo con SUS ojos? ¿El otro tendría que meterse para siempre adentro de él? ¿Y se "dejaría solo", y no se querría más para quererlo a él? 

No. No es universal el universo para empezar, no es universal el mundo, las universalizaciones son falaces. O como decía Einstein "Nada es absoluto, todo es relativo". La Clave: TOLERAR y ACEPTAR que cada uno ve con sus ojos y no con los de otro.

Nietzsche hablaba de una posición más allá del bien y del mal, concebida para superar la Moral de Amos y Esclavos, que en su opinión reducía a todos a un nivel vulgar, favoreciendo la mediocridad e impidiendo el desarrollo de un tipo "superior" de hombre. Según la "Moral de los Amos".

El Bien es lo superior, altivo, la fortaleza y el dominio y El Mal es el temor, la compasión, y debilidad. Por el contrario, según la "Moral de los Esclavos", nacidos de los oprimidos y débiles, se condenan los valores y cualidades de los poderosos. Una vez denigrado el poderío, el esclavo procede a decretar como "buenas" las cualidades de los débiles: la compasión, el servicio, la paciencia y la humildad (propias del cristianismo). 

Así, los esclavos inventan una moral que hace más llevadera su condición de esclavos y que sostiene que la obediencia es buena y que el orgullo es malo. Como los esclavos son débiles promueven la mansedumbre y la misericordia, criticando el egoísmo y la fuerza. Sabemos que concebir una posición "más allá del bien y del mal", no es tarea sencilla. 

Uno puede verse tentado de caer en el reduccionismo de la Moral de Amos y Esclavos, porque se salva del juicio de los demás, quedando cómodamente instalado en su postura. 

Pero también puede atreverse a ir más allá, y definir una moral subjetiva, donde lo bueno no es necesariamente "El Bien", ni lo mano necesariamente "El Mal": Y esos matices estarán dados por uno. 

Asimismo, sabemos el modelo de mundo regido por valores universales ya hoy no cierra. Porque el hombre ha progresado varios peldaños por la obtención de su libertad, es decir tomando responsabilidad absoluta por sus decisiones y haciéndose cargo de las mismas. Ya están obsoletos los modelos de comportamiento "a priori", en donde uno debía de imitar lo bueno y lo malo obedeciendo a un modelo de cosas buenas y cosas malas. 

El revolucionario es necesariamente un oprimido y un trabajador, y es oprimido como trabajador.
El trabajador lucha por un mejoramiento de detalle de su suerte, no por su transformación radical. Acepta trabajar en máquinas que no es suya, reconoce los derechos de la clase poseedora, reclama simplemente un aumento de salario.
El revolucionario, quiere cambiar esta situación. Ve las relaciones humanas desde el punto de vista del trabajo, porque no tiene otra cosa. En la medida que reclama su libertad como trabajador, sabe muy bien que no puede realizarla por una simple integración de su persona en la clase privilegiada.
Todo miembro de la clase dominante es hombre de derecho divino. Nacido en un ambiente de jefes, está convencido desde su infancia que ha nacido para mandar, y en cierto sentido es verdad, porque sus padres, que mandan, lo han engendrado para que los suceda. Hay una determinada función social que lo espera en el porvenir, y en la que se introducirá desde que tenga edad suficiente. Esperado por sus pares, existe porque tiene derecho a existir. Ese carácter sagrado del burgués para el burgués, que se manifiesta en ceremonias de reconocimiento (tales como el saludo, la participación de un matrimonio), es lo que se llama dignidad humana. Cuando se dice que los hombres que son “los reyes de la creación”, debe entenderse el vocablo en el sentido más rudo: son sus monarcas por derecho divino; el mundo está hecho para ellos. Se sobreentiende que en estas condiciones, el hombre es un ser sobrenatural; lo que llamamos naturaleza es el conjunto de lo que existe sin tener derecho a existir. Las clases oprimidas forman parte de la naturaleza, para los hombres sagrados. No deben mandar. El hecho de que el esclavo naciera en el seno, le confería a él también un carácter sagrado: el de haber nacido para servir; de ser, frente al hombre de derecho divino, el hombre de deber divino.
En el caso del proletariado, no se puede decir lo mismo. El hijo del obrero, nacido en un suburbio alejado, en medio de la multitud, no tiene ningún contacto directo con la elite poseedora; personalmente, no tiene ningún deber, salvo los definidos por la ley; y ni siquiera le está prohibido, si posee esa gracia misteriosa que se llama el mérito, acceder, en ciertas circunstancias y con ciertas reservas a la clase superior: su hijo o nieto se convertirá en un hombre por derecho divino. No es, por lo tanto, más que un ser viviente, el mejor organizado de todos los animales. Todo el mundo ha sentido lo que hay de despectivo en el término de “natural”, que se emplea para designar a los indígenas de un país colonizado. El banquero, el industrial, aún el profesor, no son naturales de país alguno; no son naturales en una palabra. En cambio el oprimido se siente un natural: cada uno de los sucesos de su vida viene a repetirle que no tiene derecho a existir. Sus padres no lo pusieron en el mundo particular, sino por azar, por nada, en el mejor de los casos, porque les gustaban los niños o porque han sido accesibles a cierta propaganda, o porque querían gozar de las ventajas que se acuerdan a las familias numerosas. No le espera ninguna función especial; y si se le ha enviado al aprendizaje no es para prepararle a ejercer ese sacerdocio que es la profesión, sino solamente para permitirle seguir esa existencia injustificable que lleva desde que ha nacido. Trabajará para vivir y no es mucho decir que se le roba la propiedad de los productos de su trabajo; se le roba hasta el sentido de ese trabajo, porque no se siente solidario de la sociedad para la que produce. Sea peón o mecánico, sabe que no es irreemplazable; más aún, lo que caracteriza a los trabajadores es el hecho de ser intercambiables. El trabajo del médico o el abogado se aprecia por la calidad, pero sólo la cantidad de su trabajo sirve para reconocer al “buen” obrero.
El primer movimiento de un revolucionario consistirá en impugnar los derechos de la clase dirigente. Para él, los hombres de derecho divino no existen. En contraste con los miembros de la clase opresora, no trata de excluir de la comunidad a los miembros de la otra clase, pero; ante todo, quiere despojarlos de ese aspecto mágico que los hace temibles a los ojos de los oprimidos.
A la inversa del tránsfuga o del miembro de una minoría perseguida que quiere elevarse al nivel de los privilegiados, y asimilarse a ellos, el revolucionario quiere hacerlos descender hasta sí, negando la validez de sus privilegios.
El revolucionario, no es el hombre que reivindica sus derechos, sino, por el contrario, el que destruye la noción misma del derecho, que él concibe como producto de la costumbre y la fuerza.
Las órdenes de sus amos y la necesidad de vivir lo enfrentan a acciones rudas y concretas, lo obligan a formar pensamientos de detalle sobre la materia, sobre la herramienta.
En realidad, el elemento liberador del oprimido es el trabajo. ES un trabajo ordenado y toma al principio el aspecto de un sometimiento del trabajador: no es probable que este, si no le fuera impuesto, habría elegido hacer ese trabajo, en esas condiciones, y en ese lapso por ese salario. El patrón, reduce la actividad consciente y sintética del trabajador a no ser más que una suma de gestos indefinidamente repetidos. Así, tiende a reducir al trabajador al estado de pura y simple cosa.
Si todos los hombres son cosas, no hay oprimidos. En consecuencia, la sociedad liberada, no se funda en el mutuo reconocimiento de las libertades. Le tendencia de las capas superiores de esta sociedad, consiste en explicar lo inferior por lo superior, entendiéndolo como una degradación de lo superior.” - De materialismo y revolución. Jean Paul Sartre.

Las acciones aisladas conducen a la separación, la incomunicación y el desamparo. Es conveniente, entonces los individuos se agrupen según unos intereses comunes, para ejercer acciones en colectivo, globales. 

Es preciso, entonces encontrar, entre todos, el modo de caminar juntos por el camino del progreso. 

Anna Donner Rybak © 2012

martes, 24 de enero de 2012

No hay mucha distancia entre la satisfacción y la suficiencia.


No hay mucha distancia entre la satisfacción y la suficiencia. Satisfecha del lugar que ocupaba en el mundo, lo creía privilegiado. Mis padres eran seres de excepción y yo consideraba nuestro hogar como ejemplar. A papá le gustaba burlarse, a mamá criticar; pocas personas obtenían la aprobación de ellos y en cambio no oía que nadie los denigrara: por lo tanto, su manera de vivir representaba la norma absoluta. Su superioridad decaía sobre mí.” 

Pocas cosas turbaban mi tranquilidad. Encaraba la vida como una aventura dichosa; contra la muerte, la fe me defendía: cerraría los ojos y en un santiamén las níveas manos de los ángeles me transportarían al cielo.” 

Una noche, sin embargo, el vacío me estremeció. Leía; al borde del mar una sirena expiraba; por el amor de un hermoso príncipe había renunciado a su alma inmortal, se transformaba en espuma. Esa voz que en ella repetía sin tregua: "Aquí estoy", se había callado para siempre: me pareció que el universo entero se había hundido en el silencio. Pero no, Dios me prometía la eternidad: nunca dejaría de ver, de oír, de hablarme. No habría fin.” 

Había habido un comienzo: eso a veces me turbaba…
Esa presencia en mí que me afirmaba que yo era yo, no dependía de nadie, nunca nada la rozaba, imposible que alguien, aunque fuera Dios, la hubiera fabricado: se había limitado a proporcionarle una envoltura. 
Al menos había emergido de las tinieblas; pero las cosas a mi alrededor permanecían en ellas…

En los siglos transcurridos en el silencio de los seres inanimados, yo presentía mi propia ausencia: presentía la verdad, falazmente conjurada, de mi muerte.” 

“Agudas, a veces, mis inquietudes se disipaban pronto. Los adultos me garantizaban el mundo y yo raramente intentaba penetrarlo sin la ayuda de ellos. Prefería seguirlos en los universos imaginarios que habían creado para mí… “

“Nadie sobre la tierra encarnaba exactamente a Dios: yo estaba sola frente a Él. Y en el fondo del corazón me quedaba una inquietud: ¿quién era?, ¿qué quería exactamente?, ¿a qué bando pertenecía?”

“Una noche en Meyrignac me asomé como tantas otras noches a mi ventana: un cálido olor a establo subía hacia el cielo; mi oración se elevó débilmente, luego cayó. Yo había pasado el día comiendo manzanas prohibidas y leyendo, en un Balzac prohibido, el extraño idilio de un hombre y de una pantera; antes de dormirme iba a contarme historias raras que me pondrían en un estado raro. "Son pecados", me dije. Imposible seguir haciendo trampa: la desobediencia sostenida y sistemática, la mentira, los sueños impuros, no eran conductas inocentes. Hundí mis manos en la frescura de la enredadera, escuché el glu-glu del agua y comprendí que nada me haría renunciar a las alegrías terrenales. "Ya no creo en Dios", me dije sin gran asombro.”

 – De Memorias de una Joven Formal – Simone de Beauvoir.

Podría decirse que la concepción del mundo “sin Dios” resulta traumática. Se nos presenta una inminente e imponente realidad que no entendemos en su totalidad. En un mundo “con Dios”, a  todo lo que no se entiende se le atribuye el carácter de divino. 
Pero en un mundo “sin Dios”, ¿cómo se explica lo que no se entiende?

Si bien la ciencia ha hecho sus grandes aportes, tampoco abarca a un todo absoluto. 
¿Entonces?
¿Dudar? 

El filósofo rumano Emile Ciorán decía “Dudar… siempre que me venga en gana”.

Quedarse pues, instalado en la duda por "defaut", tampoco parecería ser una buena opción para llenar esas "nadas". 

No hay Dios, no alcanza la ciencia, y no es buena opción la duda.

Imaginamos la realidad pero el resultado no alcanza para conocer plenamente la realidad. 

¿Deberá nuestra imaginación ser de mayor "calidad"? 

¿Por qué no percibir clara e inmediatamente una idea sin razonar?

No hay Dios, no alcanza la ciencia, no es buena la opción de duda, pero venimos "provistos" de un olfato, una visión, un instinto, un presentimiento y una perspicacia.

Es entonces que estamos muñidos de todos los ingredientes para decidir. 

Pero; decidir ¿cómo? 

No existe una receta para decidir. Existe un producto cartesiano de decisiones. 

Todas y/o ninguna son posibles. Todas y/o ninguna son imposibles.

Toca entonces tomar partido. 

Toca entonces elegir, con la consecuencia lógica que toda elección implica, para cada elección existe la correspondiente renuncia. Dicho de otro modo, existe una correspondencia biunívoca entre la elección y la renuncia.

Pero, no todos están "provistos" de la capacidad de soportar una renuncia. Estos últimos deciden no elegir para no tener que renunciar. 

"No arriesgo; no pierdo". (Pero si no arriesga no gana).

No ganar ni perder es sinónimo de permanecer cómodamente instalado en un lugar de quietud, esperando. Así, se (creen) eludir responsabilidades:

"Soy infeliz porque Mongo Cucho me arruinó la vida y Mongo Cucho es un ser perverso y malvado y yo soy un dechado de virtudes y si no fuera por culpa de Mongo Cucho hoy sería feliz pero como existe Mongo Cucho soy infeliz". "Entonces voy a ... ¡matar a Mongo Cucho!" (No, imbécil, el problema sos vos, si sos cobarde, Mongo Cucho no tiene la culpa).

Y sí. Hacerse cargo de uno no es tarea fácil. No es para cualquiera. Hacerse uno cargo de sí es hacerse enteramente, plenamente, totalmente responsable de todos y cada uno de sus actos. (Pobre Mongo Cucho, él no tiene la culpa de la imbecilidad ajena).

Cuando uno decide, no sólamente se está comprometiendo consigo, sino con la humanidad entera. (¿Qué pasaría si todos hicieran lo que yo?)

¡Pobre Mongo Cucho enteramente responsable de toda la humanidad! 

Resulta tan falaz como hipócrita adjudicarle a un otro que no soy yo la responsabilidad por toda la humanidad. 

Pero, infelizmente un cúmulo de "dudosos", lo hace. Un cúmulo de párvulos lo hace. 

Y, para este cúmulo de párvulos no hay casi distancia entre la satisfacción y la suficiencia.

Anna Donner Rybak © 2012

lunes, 23 de enero de 2012

Indignados Silencios Elitistas.


Tiempos de indignación vivimos e indignados estamos. 

Pero hay indignados e indignados. 

Existe una mayoría selecta que se destaca mediante todos los escenarios posibles de denuncias: pancartas, quema de objetos, vestimentas de determinado color, hambrientos "Por huega", etc. 

La indignación adquirió  una vasta gama de colores, y tal cuestión es harta positiva;  nunca está de más denunciar y menos de más está (aún) el ingenio de la denuncia. Lo que (por el contrario) está de menos es el Elitismo en la denuncia. 

La sigla "DDHH" es fiel representante de lo urgente, lo vital, lo significativo, lo trascendental, y esta premisa debería se considerada por todos y cada uno de los que la citan. Sin embargo, hay "silencios que matan". 

No hay justificación alguna para la alarmante situación en que viven las mujeres en muchas teocracias islámicas.  Resulta penoso que un porcentaje ínfimo alce la voz ante la escoria humana que decide quitar la vida a una mujer a pedradas estando en pleno siglo XXI, pero como existe un demonio llamado macho que decide en un lugar en el mundo que su esposa tiene que morir, esa mujer muere y nadie, ¡nadie! lo condena. ¿Por qué? Porque él lo dice. Y punto. La palabra del demonio tiene un valor agregado descomunal, y nadie osa decir nada. Pero el nadie abarca al "nadie" de ese lugar, y también al "nadie" como colectivo mundial. 

Resulta entonces oportuno preguntar ¿dónde están los solidariamente indignados denunciando estos atropellos? ¿Por qué nunca se condenan con la pertinente vehemencia tales insucesos? 

Existe una desmedida lista de comportamientos que son pasibles de percibir "sanciones".

En Arabia Saudí una mujer iba conduciendo su automóvil cuando fue arrestada por la policía, y fue condenada a diez latigazos por contravernir la norma que prohibe a las mujeres conducir.  Pocos días después los medios difundieron la noticia de que el propio monarca saudita le había concedido el indulto. Cuando fue interrogada, la mujer dijo que conducía su auto porque no tenía a disposición otro medio de transporte público ni privado y necesitaba ir al hospital, y se confirmó que la mujer fue notificada a la condena de los latigazos.

En Nigeria una mujer de 30 años en 2001 fue condenada por un tribunal islámico a morir lapidada por cometer adulterio. Pocos meses después la misma sentencia cayó contra otra nigeriana. Ocho años después, en Irán también se ejecutó a una mujer por lapidación y su origen es desconocido. La lapidación, es una forma arcaica y cruel de aplicar la pena de muerte que pervive en los albores del siglo XXI y sólamente contra las mujeres: "La lapidación es una práctica que se encuentra en la antigua tradición islámica como método de ejecución".

La condena de lapidación por adulterio está prevista en un cúmulo de países: Irán, Pakistán, Sudán, Yemen, Emiratos Arabes, NIgeria e Indonesia. 

Uno de los pocos testimonios directos que se conocen de lapidación fue recogido de un informe de Amnistía Internacional, de 1987, referido a una ejecución en Irán: "El camión depositó un gran montón de piedras grandes y pequeñas, y luego dos mujeres vestidas de blanco y con la cabeza tapada por un saco fueron conducidas al lugar(...) La lluvia de piedras que cayó sobre  ellas las dejó convertidas en dos sacos rojos (...). Las mujeres heridas cayeron al suelo, y los guardias revolucionarios las golpearon con una pala para asegurarse de que estaban muertas". En el Código Pebnbal iraní se especifica la forma en la que debe llevarse a cabo la condena. Se establece que las mujeres tendrán que ser enterradas hasta el pecho y describe qué tipo de piedras es preciso utilizar y que no deberán ser "lo suficientemente grandes como para matar a la persona de una o dos pedradas, ni deberán ser tan pequeñas que no puedan calificarse de piedras". Un detalle que representa la confirmación de la voluntad de infligir más sufrimiento a la víctima y de garantizar que la muerte sea lenta. 

Del mismo modo, ¿qué puede justificar a que el presidente de Irán haya ejecutado mediante la horca a homosexuales el año pasado? 

Aproximadamente 4000 homosexuales fueron exterminados en Irán desde 1980. Los iraníes sospechosos de ser homosexuales comunmente afrontan torturas. Dice el presidente "no tenemos homosexuales en nuestro país, no sufrimos de ese fenómeno". Los homosexuales en Irán viven con el miedo constante a la ejecución y a la persecusión y al estigma social asociado con la homosexualidad, definido por algunos como "uno de los actos más pecaminosos conocidos de la humanidad probatorio de instintos pervertidos siendo colapso total de de desvergüenza y deshonor y de extrema podredumbre del carácter y del alma". 

Es entonces que lo más indignante resulta ser el silencio ante tales atropellos. Parecería ser que existe una especie de "elitismo" de atropellos; algunos si se denuncian pero otros no. Esto es lo realmente perverso. ¿Acaso los atropellos y violaciones a los derechos humanos tienen categorías?

NO. Todos deben de ser condenados, deplorados y denunciados por igual. Pero, por desgracia la violación a los derechos humanos es elitista.

Anna Donner Rybak © 2012

viernes, 20 de enero de 2012

Fascismos y Ultraderechas


“NO AL IMPERIALISMO YANQUI”, parece ser la única frase a la que es posible (y pasible) de arribar al colectivo “magnos razonadores”, oficiando como conclusión en forma unánime como producto de unos exiguos análisis en los que se sumergen década tras década, lustro tras lustro, año tras año, mes tras mes, semana tras semana, día tras día ante todos los despotismos que ocurren en el universo. 

Todo lo hacen reductible a tal destino, y es entonces que me pregunto si habrá algo más fuera de eso y no se confunda el lector que a mí tampoco me gusta, pero de ahí a reducir un infinito universal de maldades sí y sólo sí a ese conjunto, es un lugar común tan cómodo como estúpido.

El imperialismo yanqui es tan solo uno de todos los demonios e ignominias de la humanidad. ¿Y el resto de los demonios? Deben ser ricos para que todos los coman, seguro que el presidente de Irán sabe a mariscos, a pastas, a pastel de chocolate. Al demonio TEOCRACIA FUNDAMENTALISTA ISLÁMICA sin embargo nunca lo ve magno razonador alguno,  pero quizá se deba a otra excelsa causa: quizá los magnos razonadores padezcan de una suerte de daltonismo. De lo contrario se desprende, deduce e infiere que ellos adoran ver asesinatos de mujeres a pedradas, o de  homosexuales ahorcados en las plazas. ¿Y qué dice ONU ante este cúmulo de atropellos? ¿Y qué dicen todas las organizaciones de se rasgan las vestiduras en honor a los derechos humanos? No, seguramente el presidente de Irán sabe a mariscos, debe ser. 

Quien es capaz de esgrimir un buen análisis tiene fundamentos propios para realizarlo. Por lo contrario; quien para realizar un análisis tiene como fundamento por oposición lo malo de otro asunto que no es el que está siendo analizado  no está haciendo ni un buen análisis, ni un mal análisis. Es tan solo un charlatán haciendo paskinería barata. 

TODO es muy complejo, y dentro de ese mar de complejidades es preciso tratar de ser uno lo más objetivo posible, claro que uno no puede ser nunca absolutamente objetivo puesto que es un sujeto y no un objeto.  Resulta muy comprometido  explicarse a uno  la toma de UNA postura haciendo siempre la pertinente autocrítica; es más cómodo para algunos hacer "trampa al solitario", pero ese es el resultado de que para muchos lo anterior resulta a) complejo, b) paradójico y c) el reconocimiento de contradicciones propias, es entonces  prefieren el simplismo del blanco y del negro porque además ignoran que la coherencia no es la ausencia de contradicciones, sino saber que las contradicciones siempre existen, y es preciso hacerse cargo de las mismas. Tal simplismo, es muy nocivo para cualquier análisis y justamente son los otros, las partes interesadas en la perpetuidad de  conflictos las que siempre se benefician bajo el lema "dividir para conquistar" y por ende son los primeros en promover rotundamente este modo de pensar simplón, que se opone tanto con el análisis crítico.

Desde los orígenes de la humanidad, al opresor no le interesa que el oprimido piense, sino que acate, por lo tanto, mediante entidades como Dios o afines, hacen de un todo complejo una reducción a meros blancos y negros.

Existe una pareja de demonios que parece ser invisible pero lo esencial es invisible a los ojos. 

Tanto el presidente de Irán como el presidente de Venezuela tienen la osadía de revisar el holocausto judío, cuestionar los muertos y lo peor, negar el exterminio masivo de seis millones de judíos más tres millones de gitanos, negros, homosexuales y otras minorías. Otro tanto sucede con los turcos, que también tienen la osadía de negar el genocidio armenio. 

Por si fuera poco Mahmoud Ahmadinejad  ha dicho innumerables ocasiones que nada le placería más que borrar a Israel de la faz del planeta. Y agregando a este boletín también Ahmadinejad es homofobo, así lo prueban las ejecuciones que ha ordenado en las plazas de Teherán a homosexuales. La postura de Ahmadinejad  la refuerza su amigo Chávez, que ha dicho que él no es amigo de los judíos. 

Con este acervo de precedentes; ¿es correcto que todos los que visten solidaridad hagan silencio a tales infamias? ¿O por el contrario acaso uno debería de adorarlos bajo silogismo de que “todo enemigo de mi enemigo es mi amigo”? 

Tíldeseme de pro yanqui, quien lo haga, suyo es el problema. Si para manifestar la diferencia con los IMPERIALISMOS es preciso adscribir a estos dos tiranos... yo no adscribo a los imperialismos y tampoco necesito defender a esos dos tiranos para dejar por sentada mi no.adscripción. 

Además, se da un fenómeno que no debería de sorprendernos por tratarse de quien se trata. Chávez entra en contradicción con sus "ideales" (si es que alguna vez los tuvo o los tiene): nunca una TEOCRACIA es enemiga de un IMPERIALISMO, debería de saberlo. Chávez, para empezar. O es posible que lo sepa pero que no diga nada. Quién sabe... 

El aire es casi irrespirable, cual hanzim, el viento caliente del desierto. Hoy han dado como advertencia meteorológica: Ola de Calor". No corre brisa alguna, pero el vuelo rasante de las libélulas es la ratificación de que la ola se irá hoy o mañana, afortunados somos. ¿Pero qué sucede en las áridas naciones donde todos los días son como hoy y con esta ola de calor OBLIGAN bajo pena de muerte a usar la burka a sus las mujeres? Afortunados somos. Por ahora. 

Hay algo que los dueños del Poder no entienden: Podrán obligar a todos mediante el abuso de su poder a la sumisión, pero jamás podrán obligar a nadie al aplauso. El aplauso se merece o no se merece. Quien no lo merece, jamás podrá obligar a nadie a  aplaudirlo, ni amenaza mediante, ni chantaje mediante, ellos no comprenden que lo único que logran es un aplauso actuado, pero jamás será un aplauso auténtico. Los aplausos no se compran. Los aplausos no se obtienen a la fuerza. Los aplausos hay que ganarlos. Y si no califican, no califican. Por más que encadenen y den infinitos latigazos, eso no hará que califiquen. JAMAS. Todo lo contrario, esto los puntúa negativamente.  

Reincidiendo en el asunto de los demonios, hay más silencios. Según el diario “El País” de España, Europa no se la juega en Hungría:

“Pues bien, hoy hay un país en el corazón de Europa cuyo Gobierno amordaza a los medios de comunicación, desmantela los sistemas de protección social y sanitaria, pone en tela de juicio unos derechos que creíamos adquiridos, como el derecho al aborto, y criminaliza a los pobres.
Hay un país que vuelve a entroncar con el chovinismo más obtuso, con el populismo más gastado y con el odio a los gitanos y los judíos, convertidos cada vez más abiertamente, como en las horas más sombrías de la historia del continente, en chivos expiatorios de todo lo que va mal./Hay un país en el que están adoptando, en nombre de un principio de pertenencia que hay que calificar de étnico o racial, un régimen electoral que creíamos muerto con el nazismo y que da derecho al voto a todos los "nacionales" no ciudadanos dispersos por el resto de Europa./Ese país es Hungría./Y, esta vez, Europa no dice nada./ Los lectores del maravilloso libro Miseria de los pequeños Estados de Europa oriental, de István Bibó, conocen bien el cóctel de obsesión nacional, patriotismo victimista y dolorismo colectivo que hace de la nación húngara -como también de la polaca o búlgara- una especie de nación-Cristo llamada, como en los tiempos en que el buen rey Esteban batallaba contra los otomanos, a proteger y regenerar la civilización amenazada./ Los lectores de El Danubio, la obra maestra de Claudio Magris, saben que este asunto de un pueblo extramuros, esta forma de dar a los magiares del exterior los mismos derechos que a los del interior, esta forma de decir, sobre todo, que es ahí, en las fronteras, donde residen el alma del pueblo y su verdad más sagrada, entran en resonancia con una viejísima historia que es la de la cuestión transilvana y que, tanto en Hungría como en Rumanía, no deja de exacerbar los ánimos. Y, de una forma más general, incluso más allá de la región, cualquiera que tenga buen oído no puede dejar de oír en esta forma de nacionalismo, en esta definición de la nación como una entidad bendita, gloriosa, pero herida en el corazón, herida en sus entrañas, y convertida, a partir de ahí, en una especie de acreedor que exige que el mundo repare el ultraje; en resumen, en este esencialismo que hace de la comunidad nacional una criatura de Dios, una entidad casi mística, un ser pleno pero separado de sí mismo y cuya pureza perdida urge recuperar, nadie, no, nadie puede dejar de oír la forma exacerbada de una idea que desde los años treinta ha estado en el centro de todas las formas de fascismo./…”

Esta es tan solo una muestra de que el racismo no ha muerto; en Hungría dicen no a judíos y gitanos, se reedita "Mi lucha” en Alemania…

Estos no son en absoluto casos aislados, existe un porcentaje desolador e importante de inconsciente colectivo que aboga a estas premisas, claro no lo manifiestan mas sus silencios dicen más que mil palabras. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, nadie osaba pronunciar en medio de una especie de jubileo el vocablo "nazi". ¿Hoy? Poco a poco se van liberando esos grillos y crece a nivel exponencial. Donde sea, la inminente realidad nos revela la no existencia de una mayoría mundial ni diversa ni tolerante sino todo lo contrario: nunca han muerto ni el racismo ni la discriminación. 

Es preciso no caer en el engaño de la falsa creencia de que la existencia del silencio es sinónimo que eso terminó. Las sociedades en ese aspecto no han progresado, y me temo que este fenómeno funciona a nivel "sinusoidal" (o de "vacas gordas- vacas flacas"). Cuando sucede un hito mundial grave, todos se agazapan, se silencian, pero cuando las secuelas del hito en cuestión se van evaporando, todo vuelve a renacer. 

En Montevideo, Uruguay, hace dos días apareció pintada una esvástica y fueron pocos quienes denunciaron el hecho. ¿Por qué el mundo calla? 

Lo dicho: me temo que lo esencial es invisible a los ojos. 

Anna Donner Rybak © 2012

lunes, 16 de enero de 2012

Neo-mojigatos, enfermos posmodernos.


Impávida, trémula, leo declaraciones de acérrimos adoradores de la moral y santidad, y entonces, por un momento pienso si es que se ha reinstaurado el tribunal del Santo Oficio y nadie me ha avisado.

Los Neo-mojigatos y la homosexualidad.

Dice la Iglesia que le “duele” el hombre, y que no se lava las manos ante la suerte de lo humano. (¿Por qué no se las lavará, me pregunto?)

Dicen los neo-mojigatos que en estos nuevos tiempos se “promueve la homosexualidad” y se persigue a los que se opongan (por ejemplo, a los cristianos). Dicen también que se pretende implantar un “orden mundial incompatible con el respeto a la ley natural y con la enseñanza y la práctica de la fe cristiana”.

La homosexualidad, para estos párvulos posmodernos, es considerada una ENFERMEDAD.
Mas tales son sus ansias de “salvar” a la humanidad, que dedican sus prestigiosas décadas, lustros, años, meses, semanas, días, horas, minutos, segundos, nanosegundos a la “cura” de tan siniestro mal.
Sostienen que hoy, con los “avances de la ciencia”, todos los hombres pueden encontrar “cura” y “solución”, aunque sea parcial, a sus “enfermedades”.

Sostiene uno de  estos eximios versados:

“Lo primero que quisiera es distinguir entre el homosexualismo y lo que se llama “amaneramiento”, pues son dos cosas distintas. El amaneramiento es una situación de tipo externo (podríamos decir “estético”); es tomar ciertas posturas y tener ciertos modales que pertenecen al sexo opuesto. Este tipo de conducta es generada en la mayoría de los casos por una relación inadecuada con los hermanos y una falta de vigilancia de los padres. Sucede generalmente cuando en la familia hay varios hombres y sólo una mujer o viceversa. En estos casos, el niño juega con sus hermanitas y tiende incluso a vestirse como ellas; a tener los mismos modales, etc. Está comprobado que muy pocos de esos casos terminan en el homosexualismo. Es también común que en algunos hogares en donde el padre siempre quiso tener un hombre y procreó solo mujeres, es muy factible que a alguna de ellas la vista y le proponga continuamente los juegos y actividades de los hombres. En este caso, por el contrario, se ha notado que muchas de ellas terminan en el homosexualismo. Estas personas son las que normalmente llamamos “afeminados” o en las mujeres “machorras”.  Por otro lado tenemos lo que propiamente llamamos homosexualidad la cual designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Con estas palabras, el Catecismo de la Iglesia Católica nos revela que la homosexualidad es en realidad una enfermedad (grave desorden) que puede afectar al hombre o a la mujer inclinándolos a buscar la complementariedad sexual (en todos los sentidos) con una persona del mismo sexo. Desde el punto de vista antropológico se considera una persona sana, a aquella que siente una atracción sexual hacia personas del sexo opuesto. Esto está de acuerdo con la historia de toda la humanidad, de la cual es testigo la misma Sagrada Escritura, cuando dice que Dios creó al hombre y la mujer y les mandó que formaran una sola carne (palabras que orientan a la persona a la unión conyugal, particularmente en un sentido sexual). La conducta opuesta, ha sido considerada siempre, a lo largo de los siglos como una deformación contraria a la misma naturaleza que no entiende de un tercer sexo: o se es hombre o se es mujer. El problema en nuestro tiempo, es que mientras que en otros tiempos, esta deformación en el comportamiento del hombre era rechazada (en el mejor de los casos tolerada) por la sociedad, hoy en día no se ve como un problema o una deformación, sino como una “preferencia sexual” y es aceptada en el orden social. Con ello ha enmascarado el problema, que proviene de un trastorno mental, mediante un “eufemismo”, que acarrea serias implicaciones para el orden moral y social del hombre. Más aún, esta tendencia sexual equivocada, se ha buscado justificar en los términos del amor, el cual, ciertamente no conoce límites, pues, estamos llamados a amarnos todos con un amor que complementa y enriquece. Sin embargo, no debemos olvidar que el amor humano exige, cuando se trata de una pareja, una expresión sexual, la cual se ordena a la procreación y a la complementariedad. En la homosexualidad, no puede existir esta expresión del amor, ya que ninguno de los fines pueden ser alcanzados por una pareja de homosexuales ya que los órganos genitales, con los cuales se expresa esta relación no son, como en el hombre y la mujer, complementarios y necesarios unos de los otros, por lo que en dos personas del mismo género, resulta una depravación. En este sentido el Catecismo de la Iglesia Católica afirma que es por esto que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados, son contrarios a la ley natural, cierran el acto sexual al don de la vida y no proceden de una complementariedad afectiva y sexual verdadera. Por lo que no pueden recibir aprobación en ningún caso. En cuanto al origen de esta enfermedad de características psicológicas, no siempre se llegan a saber exactamente sus causas. Sabemos, por estudios realizados, que sólo del 2 al 4% de los homosexuales tienen un origen específicamente genético que informa a una parte de la persona sobre características propias de un sexo y a otra sobre características del sexo opuesto, creando un desbalance en la persona. Estos casos normalmente no son tratables pues su origen es, somático. Sin embargo, según afirman quienes han estudiado con detenimiento este problema de la conducta, llegan a la conclusión de que efectivamente se trata de una enfermedad que en la mayoría de los casos puede ser tratable y que se pueden obtener en la mayoría resultados bastante aceptables, que permiten que quienes la padecen puedan llevar una vida sexual de acuerdo a su sexo. No podemos, pues, aceptar que la homosexualidad sea una PREFERENCIA SEXUAL, como si se tratara de una ELECCIÓN, ya que los sexos no se escogen: somos hombres o mujeres condición que está radicada en lo más profundo de nuestro SER. Ahora bien, ya habiendo definido que la homosexualidad es una enfermedad de orden Psicológico, la Iglesia reconoce que para quien la padece, ésta representa, para la mayoría, una “auténtica prueba”. Por ello invita a sus hijos y todos los hombres de buena voluntad a que acojan con respeto, compasión y delicadeza, a quienes la padecen, evitando todo signo de discriminación injusta. Es, sin embargo, una obligación de nosotros como sociedad, y más aún para quienes tienen amigos que padecen esta enfermedad, el ayudarlos a sanar; aceptar sin más su estado, como algo normal y natural, es promover en ellos su problema y apartarlos de una posible solución. Más aún, expone al resto de la sociedad al contagio, pues está comprobado que las personas que conviven con aquellas que padecen de trastornos psíquicos como son la esquizofrenia, la paranoia, la psicosis, incluso los depresivos, terminan también enfermas, y a veces de forma más aguda que las primeras. La aceptación abierta de esta enfermedad, hace que la convivencia cotidiana con personas homosexuales vaya predisponiendo, a quienes consideran esto como una preferencia, a mal encaminar su afectividad y en una situación de quiebre emocional (rompimiento con una relación heterosexual, quiebra económica, muerte de un familiar, etc.), acepten participar de la experiencia sexual. Hoy en día, con los avances de la ciencia, todos los hombres pueden encontrar cura y solución, aunque sea parcial, a sus enfermedades. Sin embargo, para ello, es necesario aceptar que se está enfermo. En este caso, se debe aceptar que la homosexualidad no es una preferencia (soy hombre, pero prefiero ser mujer), sino una enfermedad. Por ello la Iglesia invita a todos los que la padecen a tratarse, a visitar a los expertos, para que con la ayuda de la medicina, y en particular de la psicología y la psiquiatría, logren restablecer el equilibrio psicológico y muchas veces hormonal que son la causa de esta penosa enfermedad que priva de la felicidad verdadera a quienes la padecen y a quienes conviven con ellos. Sin embargo, mientras se curan, dado que el desorden es de tipo psico-sexual, esta sexualidad, al igual que en todos los hombres y mujeres, debe ser gobernada y puesta al servicio del amor, ya que de lo contrario terminará por destruir la vida y la relación en toda la sociedad. En otras palabras, todos los hombres y mujeres, sanos o enfermos, deben buscar vivir una vida de castidad, dejando los actos sexuales ordenados a la procreación para el matrimonio. En este sentido es que el catecismo nos dice que estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.Con estas palabras reconoce la Iglesia que no es una situación fácil de superar y que requerirá de mucho esfuerzo y sacrificio de parte de quien la padece si verdaderamente quiere vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y realizar en su vida el proyecto de vida que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros.”
Estos eximios versados, enfermos ellos, son un verdadero  cáncer a la sociedad. Tan “memorables máximas” son las que provocan la discriminación, la angustia, la depresión, en definitiva, el cáncer va minando la psiquis de los “enfermos”, y si se enferman, (no solo ellos sino toda la sociedad en su conjunto) es porque en pleno siglo XXI se permite la circulación de estas injurias tan aberrantes como falaces, que además están plagadas de incultura, profanación e ignorancia.

Un libro “salvador”.

Cuando ya todos se “están por cortar las venas”, desesperados por su condición de “anormales” ¡por suerte!, ¡gracias a Dios! aparece “la salvación”. Un ¡libro que cura la homosexualidad! Con respecto a él, el “Señor Libro”, dicen los eximios versados:

"Este libro aborda preguntas (...) acerca de cómo se puede pasar de ser homosexual a ser heterosexual. Son muchísimas las personas homosexuales que dan las gracias por este texto, que sin duda ha iluminado sus vidas. El libro 'Comprender y sanar la homosexualidad', del psicoterapeuta estadounidense Richard Cohen, para quien la homosexualidad es un desorden de atracción y un trastorno de la afectividad. Cohen, que dice haber curado durante los últimos quince años a miles de hombres y mujeres que sentían atracción por personas de su mismo sexo, ha escrito el libro desde su propia experiencia personal, ya que asegura que después de ser homosexual durante decenios ahora ha vuelto a ser heterosexual. Si estamos decididos, contamos con el amor de Dios y el apoyo de otras personas: la curación es posible, Comprender y sanar la homosexualidad arroja luz sobre un asunto que ha estado rodeado de incomprensión durante mucho tiempo. Este texto, que  recoge los testimonios de muchas personas que han logrado realizar esta transición (convertirse de homosexual a heterosexual), resultará iluminador y abrirá un horizonte de esperanza para aquellas personas que han buscado durante mucho tiempo una orientación para comprender y sanar su propia vida o la de alguien cercano.”

Estos mentados ilustrísimos señores no podrían arribar a conclusiones más ignorantes, absurdas y falaces. Pero, disculpémoslos, quizá  Richard Cohen escribió su exiguo libro luego de haber sido abusado por un cura.

Matrimonio igualitario

Nuevamente, debo acudir a los eximios versados:

No sé si ustedes se han parado a pensarlo: ¿Por qué la Iglesia se opone al  matrimonio gay? A muchos les parece que el hacer posible que se casen dos hombres o dos mujeres es una medida de justicia. Si todos los ciudadanos tienen derecho a contraer matrimonio, ¿por qué no los homosexuales? Si las familias suelen organizarse en torno a dos personas que comparten su vida, ¿por qué esas dos personas han de ser siempre un hombre y una mujer? Si todo matrimonio puede procrear hijos o adoptarlos, ¿por qué privar a las parejas homosexuales de esa posibilidad? Sin embargo, la Iglesia, remontándose a la razón humana, a la Sagrada Escritura y a toda la tradición, sigue insistiendo: el matrimonio es la unión conyugal de un hombre y de una mujer, orientada a la ayuda mutua y a la procreación y educación de los hijos. En esta defensa a ultranza de la institución matrimonial, la Iglesia no gana nada. No obtiene ningún beneficio. No aumenta su poder, ni su influencia, ni tampoco incrementa la cantidad de donativos que pueda recibir. Al contrario, se expone al escarnio público por parte de algunos colectivos muy influyentes y al rechazo de sus posiciones por parte de sectores importantes de población. Si a pesar de este coste, la Iglesia sigue insistiendo en su mensaje, es que algo muy serio está en juego. En efecto, el matrimonio no es una institución meramente  convencional; no es el resultado de un acuerdo o pacto social. Tiene un origen más profundo. Se basa en la voluntad creadora de Dios. Dios une al hombre y a la mujer para que formen una sola carne y puedan transmitir la vida humana: Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra. Es decir, el matrimonio es una institución natural, cuyo autor es, en última instancia, el mismo Dios. Jesucristo, al elevarlo a la dignidad de sacramento, no modifica la esencia del matrimonio; no crea un matrimonio nuevo.”

Pobre Jesús. Si realmente ha resucitado, versados caballeros, tengan la certeza de que morirá fulminado por un paro cardíaco al leer tales deformaciones de sus postulados.

“Lo que está en juego, en este caso como en cualquier otro en el que la Iglesia alza la voz, es el respeto a la dignidad de la persona humana y a la verdad sobre el hombre. El sujeto de derechos es la persona, no una peculiar orientación sexual. El matrimonio no es cualquier cosa; no es cualquier tipo de asociación entre dos personas que se quieren, sino que es la íntima comunidad conyugal de vida y amor abierta a la transmisión de la vida; comunidad conyugal y fecunda que sólo puede establecerse entre hombre y mujer. Por otra parte, no se puede privar a los niños del derecho a tener padre y madre, del derecho a nacer del amor fecundo de un hombre y de una mujer, del derecho a una referencia masculina y femenina en sus años de crecimiento.”

De lo UNICO que no se debe privar a los niños, es de crecer en un hogar donde reciban CONTENCIÓN y AMOR. El resto es puro verso, ¿de qué le sirve a un niño tener una bella pareja de padres perfectos, si puertas adentro de la casa ese niño sufre abandono en el seno de su propia familia? Esto es lo que verdaderamente debería de preocupar y prender un alerta rojo: un niño que crece ABANDONADO en el seno de su familia sustituirá ese VACIO y tratará de evadirse de su muy triste realidad, y es proclive a caer en drogas, alcohol, y otras cosas muy peligrosas para su salud y su psiquis.

Para finalizar, dejo una infame reflexión de estos trastornados:

“El 6 de diciembre pasado, el presidente Barack Obama publicó el memorandum titulado International Initiatives to Advance the Human Rights of Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender Persons, en el que ordena usar los fondos que otorga el gobierno a la ayuda internacional, para promover el estilo de vida de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGTB) en el extranjero. Obama quiere un mundo de homosexuales... y perseguir a quienes se opongan.”

Aborto

Ya hemos sido testigo del alcance de una mezcla explosiva: radicalismo más ignorancia. Por eso, no resultará sorprendente seguir leyendo la postura de los eximios versados acerca de este tema:

"Abortar no es la opción que solucionara tu problema. Si no quieres en tu vida a ese ser que Dios te envió con un propósito, por favor, dalo en adopción y no lo mates. Pero antes piensa  que Dios te envió a alguien que más tarde cuando seas anciana y no puedas valerte por ti misma, ese ser al cual tú piensas abortar es quien te cuidará, te tendera una mano y te querrá más que a nadie en el mundo. Ese ser que tienes en tu vientre también te llorará cuando Dios te llame…Eres muy importante para tu hijo y sean como sean las cosas ahora en tu vida, Dios no se equivoca y todo mejorará. Consideramos que el aborto es un acto inmoral, porque viola los derechos a la vida que posee todo ser humano, desde el momento que es concebido. Estamos convencidos de que el aborto es un asesinato, porque el único que tiene el poder de quitar la vida es Dios. En la búsqueda de las raíces más profundas de la lucha entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte es necesario llegar al centro del drama vivido por el hombre contemporáneo: el eclipse del sentido de Dios y del hombre perdiendo el sentido de Dios, se tiende a perder también el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida. No es lícito, en estos tiempos, tener una cierta opinión; o decantar las propias ideas en determinada dirección por intuición; y mucho menos por conveniencia personal. Es necesario estudiar, leer, profundizar en el tema. La vida no es un juego o una circunstancia fortuita: ni la de cada uno de nosotros, ni la de esos futuros niños que aún no han visto la luz. Unánimemente, a lo largo de toda la historia, los Padres de la Iglesia, sus Pastores y sus Doctores, han condenado el aborto al que calificaron de homicidio. La tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser protegida y favorecida desde su comienzo, como en las diversas etapas de su desarrollo, oponiéndose de esa forma a las costumbres del mundo greco-romano. Para hacer comprender la gravedad del delito abominable del aborto, el primer capítulo de la Encíclica Evangelium Vitae recuerda que, conforme a las Sagradas Escrituras, existen pecados que claman venganza ante la presencia de Dios y entre ellos ha incluido, en primer lugar, el homicidio voluntario. La Iglesia no admite el aborto en caso de violación. Como ya quedó dicho, la Iglesia enseña que la ley natural y la ley divina: excluyen, pues, todo derecho a matar directamente un hombre inocente. Sin desconocer las dificultades que eventualmente podría acarrear un embarazo en estas condiciones, la doctrina católica es categórica: no hay razón alguna que pueda darnos el derecho a disponer de la vida de un ser inocente e indefenso en el seno materno. Esta enseñanza de la Iglesia no ha cambiado y no es cambiable. Si la vida de la madre corriera peligro, no es ésta causa suficiente para permitir el aborto. Es necesario insistir: jamás un católico puede aprobar el aborto. Como ya fue explicado, en este caso el médico deberá intentar poner a resguardo tanto la vida del niño como la de su madre. En el discurso a los participantes del Congreso de la Unión Católica Italiana de Obstetricia, el Papa Pío XII aclaró que ningún hombre, ninguna autoridad humana, ninguna ciencia, ninguna indicación médica, eugenésica, social, económica, moral puede exhibir o dar título jurídico válido a una disposición deliberada directa sobre la vida humana inocente, es decir, a una disposición que persiga su destrucción, sea como fin, o como medio para obtener otro fin que tal vez no sea en sí mismo absolutamente ilícito. Así, por ejemplo, salvar la vida de la madre es un fin muy noble; pero la muerte del no nacido directamente provocada, como medio para este fin, no es lícita. La destrucción directa de la llamada vida sin valor, nacida o por nacer, practicada en gran número en los últimos años, no se puede justificar de modo alguno. Los abortistas mienten a las mujeres haciéndoles creer que todo aborto legal es seguro. La experiencia y las estadísticas muestran una realidad completamente diferente. Las mujeres que a través del aborto buscan la libertad de reproducción deben saber que están comprometiendo o arriesgándose a perder la capacidad de tener hijos.”

Sin comentarios.

Promiscuidad

Este vocablo en boca de los eximios versados, es como la foto de un monstruo horripilante de siete cabezas, es la encarnación mismísima de Satanás, o la madre devenida en bruja de la pobrecita de Blancanieves. Dicen ellos:

“La promiscuidad es el acto de tener relaciones sexuales con varias parejas o grupos sexuales antes o durante el matrimonio, tanto en el reino animal como entre los seres humanos. Promiscua es una persona que normalmente tiene sexo con muchas personas, es degenerada y no le importa acostarse con cualquiera entrometiéndose en prácticas degradantes siempre relacionadas a la materia sexual.”

Nuevamente, sin comentarios.

Preservativo.

Opinan los eximios versados:

“Causan muertes los que mienten creando una falsa seguridad condicionada al uso del preservativo, algo que según sus propios fabricantes falla en una proporción bastante considerable. Pero la culpa, para sectarios como ustedes(*) , no es de quien anima a la promiscuidad con un preservativo susceptible de fallar, sino quien anima a evitar esa promiscuidad y esos actos de riesgo. La iglesia dice que para la prevención se necesita la información adecuada y debida de los valores morales y no se permite cualquier cosa que viole el valor de la sexualidad. La Prevención debe realizarse respetando la dignidad del hombre y su destino trascendente, excluyendo campañas que conlleven modelos de comportamiento que favorezcan la extensión del mal. Hay que informar y educar sin prejuicio de la ética. Hay que iluminar a los jóvenes sobre los valores que están en juego. El mejor remedio frente al VIH-SIDA, que se transmita por relaciones sexuales ilícitas, es la fidelidad matrimonial y la castidad. Las autoridades competentes deben de actuar para tratar de resolver el problema de los enfermos del VIH-SIDA. No deben de implementar campañas de prevención contra el VIH-SIDA que incluyan modelos de comportamiento que favorezcan la expansión del mal; o también dar cierta clase de información que perjudique más que beneficie, respecto a contraer el mal del VIH-SIDA. Uno no puede hablar realmente de sexo seguro llevando a la gente a creer que el uso de condones es la fórmula para evitar el riesgo de HIV, y de esta forma vencer la pandemia de sida. Ante quien no quiera aceptar estos límites a pesar de la seriedad del problema, sería de todos modos obligado recordarle que, respecto al sida, el preservativo no preserva siempre, puesto que hay documentado un importante porcentaje de error (10-15 %). Es bueno que no se olvide. Se podría objetar que la disminución estadística del riesgo bastaría por sí misma para justificar la invitación  a usar el preservativo, sobre todo para los que no son, en todo o en parte, capaces de autocontrol. A ese respecto, sin embargo, se debe observar que, si toda la estrategia de prevención se basa en el uso del preservativo, esto acaba por adquirir entre los individuos y en la psicología de masa la apariencia de una panacea, con efecto ulteriormente liberalizante y, por lo tanto, con la consecuencia de un aumento general de los casos de riesgo y de la población en riesgo. En realidad, el recurso al preservativo como única vía de prevención es inadecuado y en definitiva  falaz. La oposición de la Iglesia al uso del preservativo tiene un carácter moral, debido a que las relaciones sexuales tienen que hacerse dentro del matrimonio y abiertas a la vida, su rechazo a que se utilice el condón de cara a la prevención del sida tiene un carácter añadido: la no completa fiabilidad del método, asociada a una publicidad engañosa. Si el método fuera totalmente fiable, la Iglesia podría decir: lo distribuimos a aquellas personas que no son católicos y que, por lo tanto, no están obligados por nuestros principios éticos. No se opondría, en ese caso, a que en una sociedad plural –donde hay católicos y no católicos-, se hiciera publicidad a favor del uso del preservativo como método para evitar el contagio del sida. Para colmo, el preservativo es presentado ante la opinión pública como sexo seguro, engañando de ese modo a los consumidores del producto e incitándoles a llevar a la práctica todo tipo de relaciones sexuales, sin ningún freno moral; la unión de ambas cosas –la eficacia parcial y la publicidad engañosa- conduce, trágicamente, a una mayor difusión de la epidemia. Irónicamente, son los que están contribuyendo a esto –y haciendo un gran negocio de paso- los que se presentan como los grandes enemigos del sida, mientras que es la Iglesia –que, además, atiende a millones de afectados- la que pasa ante la opinión pública como la principal colaboradora con la difusión de la enfermedad por oponerse al uso del preservativo. Usar el condón es como jugar a la ruleta rusa –poner en la cabeza una pistola cargada con una bala y apretar el gatillo, esperando que aquella no esté en ese momento en el tiro-. Con el agravante de que es como si al que decide jugar a ese juego le hubieran dicho que no había ninguna bala en la recámara.”

Impávida, trémula, leo declaraciones de acérrimos adoradores de la moral y santidad, y entonces, por un momento pienso si es que se ha reinstaurado el tribunal del Santo Oficio y nadie me ha avisado. Pero, no. No hemos vuelto a los tiempos del Santo Oficio. Se trata de un desolador existente, una nueva casta: los “neo mojigatos”. De más está decir que los “enfermos” son ellos.

Anna Donner Rybak © 2012
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...