miércoles, 30 de mayo de 2012

Somos bárbaros.


Somos bárbaros. Somos regios. Somos geniales. ¿?

Bárbaro es un exónimo peyorativo que procede del griego y su traducción literal es "el que balbucea". Aunque los griegos empleaban el término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban el griego y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como un balbuceo incompresible u onomatopeya (bar-bar- similar a bla-bla-).

Los romanos tomaron posteriormente la palabra y su significado para el trato con los pueblos que invadieron el Imperio romano. Los clásicos dieron el nombre de bárbaros a todos los extranjeros de las comarcas fronterizas con el Imperio, y con los que lucharon, si bien se limita la consideración a los que, ocupando en Europa las comarcas al norte del Imperio, invadieron éste, apoderándose de su parte occidental.

Estos pueblos formaban tres grupos:
(Fuente Wikipedia)

Somos bárbaros. Somos regios. Somos geniales. Tan geniales somos que desde esas épocas remotas, no sabemos (¿no sabemos o no queremos?) vivir en paz.

No sabemos vivir en paz, y nos peleamos. Y entonces hacemos guerras. ¿Acaso somos tontos? ¿Ya no hemos tenido bastante de muerte?

Indudablemente somos tontos, porque seguimos peleando. (El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra).

En la escuela peleamos con nuestro compañerito por una figurita del álbum, y lo agarramos entre todos y le pegamos. ¡Qué barbaros los nenes! ¡Qué vivos! ¡Qué divinos! (“Son cosas de chicos, querida, no hay que meterse”- [¡Sí, tonta, tenés que meterte porque tu hijo es violento y si no hacés algo ahora después cuando sea grande quién sabe qué sea capaz de hacer!])

En el liceo peleamos porque nuestra mejor amiga se “arregló” con el del que “gustábamos”, ¡traidora! (No, tonta, ¿para qué querés arreglarte con alguien que gusta de tu amiga pero no de vos?)

En la oficina peleamos por el carguito porque Mongo Cucho tiene más categoría que nosotros, y vamos y le serruchamos el piso, y le chusmeamos al jefe que Mongo Cucho no sirve ni para avisar quién viene, entonces el tonto jefezuelo hace caso a nuestras exiguas opiniones y le saca el cargo a Mongo Cucho y nos lo da. ¡Qué viveza fenomenal! ¡Qué genialidad! Sin servir ni para avisar quien viene ahora tenemos la categoría de Mongo Cucho, qué seres maravillosos que somos.

Somos bárbaros. Somos regios. Somos geniales. Por eso peleamos. ¿Pero qué tipo de pelea es aquella deshonesta, vil, donde se mata literalmente al enemigo?

Somos unos bárbaros idiotas.

Y evidentemente el diagnóstico para  los años que al mundo le queden por existir no es nada halagüeño.

Dicen los magos, los sabios, los videntes, los gurúes, que irremediablemente siempre vamos a ser idiotas.

Qué vergüenza, ¿no?

Y si.

Somos unos bárbaros idiotas que no queremos vivir en paz.

Y siempre lo hemos sido.

El hombre es un animal bestial que tiene un deseo de dominación, o mejor dicho, está adicto a dominar, a conquistar.

Así, el Imperio Romano en su afán de conquistar, tiraba a los enemigos al Coliseo para que fueran devorados por los leones, y ¡todos disfrutaban de tan magno espectáculo! (Hay que ser idiota para disfrutar del sufrimiento ajeno).

Así, en los Autos de Fe del Santo Oficio quemaban vivos a los infieles en la hoguera, y ¡todos disfrutaban de tan magno espectáculo! (Hay que ser idiota para disfrutar del sufrimiento ajeno).

Así, los españoles vinieron a América y torturaron a todos los indios. ¡Genios!

Y luego instalados se trajeron a los pobres negros de esclavos del Africa. Y los torturaron. ¡Regio!

Venimos leyendo estas líneas y venimos pensando que bueno, que esas cosas pasaban en la antigüedad, porque los hombres creían que el mundo era plano y lo soportaban cuatro elefantes y una tortuga.

¿Y por qué entonces mataron a Galileo? ¿Por traer conocimiento? ¿Por ser sabio? ¿Por envidia? Ya dejarán de matar, pensamos, ya vendrá “la línea” en que dejen de matar.

Y se viene la Revolución Francesa, y entonces, son condenados a la guillotina todos los que no adscriben plenamente a la causa.

¿Entonces cuanto más conocimiento más genios somos? ¿Cuánto más conocimiento más bárbaros somos?

Y sí. Es innegable que la Solución Final fue elaborada minuciosamente, fue administrado el tiempo con precisión de microsegundos, fueron diseñadas cámaras de gas por ingenieros, hubo una ingeniería de la muerte.

(No, llegamos hasta acá, y esto parece no querer parar sino todo lo contrario).

Y sí. Y entonces, tiran la bomba de Hiroshima, y es algo magnífico que una bomba extermine de un plumazo a millones.

Es evidente que somos unos bárbaros idiotas que no queremos vivir en paz.

Antes éramos bárbaros con boleadoras, con lanzas, con flechas, luego éramos bárbaros con cañones y catapultas, luego pasamos a ser bárbaros quemando personas en hogueras o con aceite hirviendo, luego ahogamos personas en cámaras de gas, luego tiramos la atómica, y …

Y.

Un breve paréntesis. Mientras íbamos matando, ya que estábamos ¿por qué no saciar el hambre sexual, con tanta mujer ahí tirada? ¡A violar a todas los ejércitos!

Hoy existe una debacle social sin precedentes. Crisis de valores, crisis económicas, tipos que les pegan a sus mujeres y que abusan de sus hijos pequeños. (Aunque sospecho que lo que he nombrado no es nuevo, siempre ha existido, nada más que “distinto”).

Y la tecnología parece estar equivocada porque a mayor tecnología, mayor involución en las sociedades.

Ahora bajo a nuestro país.

Inseguridad”, “Asesinatos”.

La cuestión es esta: Uruguay no está “enfermo” de modo aislado. Un mundo entero lo está. Y siempre lo estuvo. 

El problema no ha variado a lo largo de los años que tiene el mundo de “vida”.

¿Y dónde quedaron aquellas ideas del Progreso del Hombre?

¿El hombre de verdad ha progresado? Sí, ha progresado, sin lugar a dudas. Pero ¿hacia qué camino?

El mundo es un PROBLEMA.

Somos bárbaros. Somos regios. Somos geniales. Porque desde que el mundo es mundo el mundo es un PROBLEMA y nosotros, el animal más superior, no queremos resolverlo.

Anna Donner Rybak © 2012
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