martes, 29 de mayo de 2012

Cuestión de vida o muerte.


Jamás estoy en casa a la hora 15. Pero por esas cosas de la vida, ayer sí. Se hablaba mucho del nuevo ciclo de “Esta Boca es Mía”, con la conducción de Victoria Rodríguez, y mejor aún, justo ayer, programa inaugural, así que me prendí.

Hace ya no sé cuánto que escucho en el informativo, en la cama, en el baño, en el bar acerca de la Inseguridad.

Que “qué horror”. Que “el gobierno tiene la culpa”. Que “que vuelvan las FFAA”. Que “que encierren a todos”. Que “maten a todos”. Que “pagamos una pila de impuestos y no se mueven”.

Todas y cada una de esas aseveraciones tienen parte de razón (y parte no, por supuesto).

El hombre es un animal de costumbres, y confieso que después de determinado lapso de tiempo en el que sólo he visto debates fútiles, tibios, quejosos y deditos inquisidores, me aburrí.

Es que estamos acostumbrados a quejarnos, qué novedad.

Y digo, por enésima vez, que la queja en sí misma se queda en eso, en una queja. ¿Y? ¡Y eso es inacción! Que las quejas deben venir acompañadas por propuestas.

Lo cierto es que hace bastante tiempo no me detenía a analizar este tema, porque… y porque los debates son paradójicos, porque son círculos viciosos, en donde un cúmulo de párvulos debaten 1, 2, 3, 5, 20 horas y no concretan NADA.

Y del letargo me despertó la víspera el programa de Rodríguez puesto que el tema fue ese.

Vayamos por partes, dijo Jack el Destripador.

Primero y ante todo, este “temita” no se resuelve en “asambleítas” de tres, cuatro y cinco horas, donde se debate hasta el vuelo de un mosquito o el corrimiento de una silla.

Pretender que el asunto de la Inseguridad es para debatir, por ejemplo los jueves a la hora 20, y venimos todos y mateamos, y comemos bizcochitos, y socializamos en la asamblea, y cuando queremos acordar, se fue la hora, y no hemos decidido nada: “no importa compañeros, seguimos el jueves que viene”.

Este (creo yo) fue el principio del problema. Carecer de una agenda de prioridades. Y darle la misma importancia al tema de la Inseguridad como al de la creación de una Comisión de Notables para estudiar la cartelería nueva de las paradas del bondi. No, no y  no, señores. Hay temas de carácter URGENTE, y otros no.

Cuando se puso la semilla en el germinador, era el momento de hacer. Si, hicieron, ¿qué hicieron? La vista gorda.

La cosa se fue complicando, y entonces un buen día algún eximio jerarca dijo: “Tenemos que reunirnos”.

Luego de tres meses, (recuerdo cuando el Sr. Eduardo Bonomi, siendo su cartera el Ministerio de Trabajo, el verano de 2006 ¡se tomó licencia porque era enero!), he aquí otra revelación: “Eduardo, tú no eres más un empleado público como eras antes, que te tomabas tu licencia reglamentaria en enero, Eduardo, ¡ahora tú eres un Ministro!

Pero, no me quiero desviar del tema que hoy nos ocupa y preocupa.

Parece ser que el Estado desconoce la dimensión TIEMPO, y es entonces que cuando alguien “descubre” la necesidad de una reunión, entonces comienza la magna planificación del evento pero resulta que Josecito puede el lunes y Juancito puede el viernes, y resulta que Mongo Cucho puede el miércoles. Y resulta que Fulano puede el martes, y entonces… 

¡Votemos!”, se arriba a la magistral “moción” una vez que ha pasado como un mes y además Josecito se peleó con Juancito, y hubo que separarlos y todo, y Josecito hasta sacó un cuchillo.

Dicho en criollo, cuando quisieron acordar el caos era un hecho. “¿Qué pasó?” “¿Cómo sucedió esto?” “Nos reunimos con el sindicato de policías y vemos”.

¡NO, NO Y NO!

La situación se fue de las manos, porque no hubo una actuación (no importa cuál, alguna) efectista, ni rápida.

¿Ahora? Ahora el berenjenal es brutal.

Pero quien esto escribe entiende que ahora esto se fue de las manos por … porque este tema se trató con el mismo énfasis que el de decidir si mañana compramos corazanes dulces o panes con grasa para la reunión del finde.

Mas lo hecho, hecho está.

El pretérito pluscuamperfecto del modo subjuntivo, es una quimera. “Si hubiera o hubiese”.
No hubo, y no hubo. Este es el hecho.

No vale ahora decir: “Ay, si hubiéramos hecho X, Y, Z”… No, ¡no lo hicieron! 

Digamos que el DISPARADOR de esta situación fue la poca eficiencia y eficacia de los procedimientos administrativos, u otros a la hora de tratar un asunto DE VIDA Y MUERTE, y dicho de modo literal; no metafórico.

AHORA EXISTE UN CAOS, Y HAY QUE ACTUAR.

Pero ojo.

Nada de actuar por impulso, hay que ACTUAR CON SENSATEZ. Y ACTUAR YA.

Sin embargo antes es preciso comprender en dónde se está parado.

En un marco de pérdida de valores, en un marco de debacle social, es pertinente atender  ACCIONES PARALELAS Y MUCHAS.

-El infanto-delincuente o delincuente, no nació delincuente, claro que con esto no estoy diciendo que es un pobre “angelito de Dios”. Pero, ¿por qué ha llegado a esa situación? Por violencia en su hogar, por violencia doméstica, por abusos, por explotación por parte de sus mayores, es decir, se debe atacar todas las puntas.

-Es importante comprender que este no es un tema de estratos sociales, porque cuando alguien mata como Pablito Goncálvez, vemos que las situaciones de VIOLENCIA no son patrimonio de los excluidos, si bien son mayoría, pero la VIOLENCIA se da en todas las clases.

-El tema de la pasta base. Si bien influye porque un ADICTO no es dueño de sus actos, no es EL PROBLEMA, es parte del problema.

Actuar con sensatez no tiene nada que ver con bajar la edad de la inimputabilidad. Más bien es una burrada. Hemos visto casos de chicos muy violentos de 8, quizá de 6, ¿entonces bajamos la edad a seis años? Ya que estamos entonces tratamos a todos por igual, y lisa y llanamente eliminamos la edad.

¡NO, NO Y NO!

Lo que se debe de ajustar son las leyes. Pero si esta es la solución más “ignorante”; “ah, tá, bajo la edad, y los meto en cana y si bajo la edad entonces los menores van en cana” (¡No tarado! ¡No bajes la edad! ¡Cambiá la ley!)

Y de ley hablando, hoy un homicida tiene como pena máxima 25 años que por buena conducta puede ser reductible a 20. ¿Entonces? 

Un tipo (no importa si es de Carrasco o de Casabó) limpió a la familia porque un día vino borracho, o “pastabaseado”, y en 20 años está afuera y sigue disfrutando de la libertad y de la vida. ¿Acaso eso es JUSTO? ¡NO! Un individuo cuyo accionar es ese, merece como mínimo CADENA PERPETUA.

Como siempre, en vez de atacar el mal de raíz, se centran en los “grumos e hilachas”. 

Por esto, ahora se construirán más cárceles, por eso ahora quieren bajar la edad de inimputabilidad, ¿Y?

¿Y qué pasa con esos padres violentos que educan hijos en la violencia? ¿Piensan comenzar a planificar algo? (Ya no pido acción, pido no obviar ese detalle).

¿Y qué pasa con lo que enseñan en los colegios? ¿Acaso creen que la educación no influye?

Ayer en el programa de Victoria una persona dijo que ¡no hay una escuela ni un centro CAIF en toda la zona que va desde Punta de Rieles hasta quien sabe dónde! Parece ser que ahí van a construir una nueva cárcel. ¿Y lo otro? “grumos e hilachas”. 

Eso es una cuestión de vida y muerte, no de grumos e hilachas, ¡Señores!

Anna Donner Rybak ©2012
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