lunes, 3 de octubre de 2011

Leyendo (DES)APARECIDO III


Cuando el Dr. Julio María Sanguinetti dijo en 1986 que “como deberían pagar todos era mejor no pagara nadie”; no me quedó claro si acaso el Dr. era padeciente de amnesia, o quién sabe de qué.
El Dr. Julio María Sanguinetti parece que ha olvidado que los Unos pagaron y con creces.
Con la VIDA, o en los casos más “leves” con cautiverios eternos, torturas aberrantes que en nada difieren a las empleadas por los nazis.
Un lugar aparte para los presos reunían las condiciones de “sediciosos” y “judíos”, les daban doble. Así lo dice Mauricio Rosencof, pero también otros judíos que pasaron por los calabozos, no era suficiente la picana y todo el resto, también se burlaban de su condición de judíos. Son lugares comunes para los milicos y los SS el gozo por el sufrimiento de los torturados.
Varias personas me increparon que no “tenía nada que ver una cosa con la otra”. No estoy de acuerdo, para nada.
Bajo estos argumentos, fue entonces que se justificó la derecha para en 1986 redactar la ley de Caducidad.

Eduardo Bleier, pudiendo ir al exilio, eligió quedarse acá, aduciendo a esto de que: “¿Y si nos vamos todos quién se queda para enfrentar la dictadura?
Sabía lo que le esperaba, y sin embargo se quedó, no se me ocurre otro ejemplo más grandioso de VALENTÍA y VALIA que el suyo.
El “trato especial” de los milicos no logró nada, él siguió fiel a sus convicciones hasta el final.
Me imagino que los milicos en el fondo lo envidiarían, a que ninguno resistiría lo que Bleier. Me imagino porque tuvo un “trato especial dentro del trato especial”, según testimonios que figuran en el libro. Testimonios fidedignos, de personas que hoy viven y están lúcidas, que son pruebas fehacientes. Ya la derecha no puede decir que son “inventos”.

Entiendo que el nombre de Eduardo Bleier Horowitz sin lugar a dudas debe integrar la MEMORIA COLECTIVA de este país.

Anna Donner Rybak © 2011
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...