miércoles, 20 de junio de 2012

No es de película.


En el mítico barrio Reus, en Montevideo, la lucha de poder entre los comerciantes judíos y la familia del “Tano”, está tomando fuerza. Tano (32), es el líder de su numerosa familia, con profundas raíces en el barrio.

En las calles se comenta que el Tano esta por volver a Reus, después de un tiempo en la cárcel. Pero las cosas se están poniendo difíciles. Una nueva droga, Pasta base, ha llegado a las viejas calles. Los códigos que habían imperado por generaciones, fueron olvidados.
 
Tano está planeando un gran golpe para derrotar a Don Elías (56), el más poderoso comerciante judío de la zona, quien lo envió tras las rejas.

Con la ayuda de “El Negro” (32), su hermano de toda la vida, y el resto de la familia del Tano, vaciarán uno de los depósitos de Don Elías.

Al ver su negocio vacío, Don Elías reconoce el estilo. No es la primera vez que el Tano ha cruzado su patio. Seguidamente, intenta convencer al resto de los comerciantes a que lo sigan en su venganza. Su liderazgo en su comunidad está en juego.
 
Una gran fiesta se prepara. Es el cumpleaños de Esmeralda y la gran familia del Tano se reúne. Esmeralda y su hijo Maykol (10), son la principal causa del Tano para volver a su viejo barrio, aunque sea peligroso. Es la primera vez que verá a Esmeralda desde que salió de la prisión y eso lo inquieta más que nunca. Pero la fiesta, organizada por la “La Mamma”, reconcilia a todos.

Don Elías es presionado por la comunidad judía y por su propia familia. Su esposa Hannah (50), está organizando el Bar Mitzvah de su hijo Leonardo (12), y Don Elías, dedicado completamente a los negocios, no la ayuda.

Después de haber convencido a los otros comerciantes, recluta a un siniestro hombre del tiempo de la dictadura militar, “el Coronel”. Es hora de tomar la ofensiva.
 
Reus es la historia de un barrio, dos familias y de los códigos con los que viven. Es un barrio histórico de inmigrantes, el sitio de la primera sinagoga de Uruguay, donde grandes tiendas y pobres conventillos coexisten lado a lado.

Con un ojo realista, vemos a esta gente que lucha por sobrevivir en estos tiempos turbulentos, en los que los viejos códigos ya no son respetados. Dos muertes shoquean al vecindario, y su delicado balance se quiebra. Tano decide volver a Reus, a su familia, y a enfrentar a Don Elias.
(Fuente: http://www.reusfilm.com/)

Para argumento de película no podría ser mejor. Sin embargo, esta “película” de película nada tiene, es la realidad descarnada; es el infierno en que viven (en primer lugar los “pastabaseros”), víctimas de una adicción que les va quemando el cerebro. En segundo lugar las “víctimas de las víctimas   (si se me permite este brutal concepto recursivo): quienes quizá tienen la mala suerte de recibir un disparo mortal que viene de un “pastabaseado”, por no darle lo que pide, o porque el “pastabaseado” está “out of control”; muere alguien en cuyos planes la muerte no figuraba.

Mientras unos viven en el infierno, otros viven en el paraíso: Los VICTIMARIOS. Los que consideran que la vida nada vale, y ahí están, en la puerta del liceo al que quizá concurren nuestros hijos, ofreciendo la “merca”, las mafias no de la Sicilia de Don Corleone sino las mafias posmodernas, cuyas arcas se engrosan, no sólo con la pasta base sino con la cocaína.

No se puede tapar el sol con un dedo. Es muy fácil salir a manifestar por la Seguridad, es un acto de nobleza divina, quien cree que pidiendo intervención de las FFAA, el problema acaba es un “iletrado social”, que no comprende que eso diváin solución que ofrecen muchos politicuchos de pacotilla, son espejos de colores, pero muchos son adictos a comprar buzones. 

¿Por qué hoy “de la nada” escribo esta columna? Porque soy una escéptica incurable. Y siempre desconfío de las “Grandes Soluciones”. Sin embargo creo en las pequeñas cosas.

Hoy subió al ómnibus un chico y en cinco segundos conectó un audio elemental como pudo, y nos cantó un rap que es una apología a los estragos de la droga.

Ayer, justo había visto la película “Reus”.

Y como no creo en las casualides, (sí en las causalidades), y como “Reus” si bien es una película, no es una película sino la más descarnada de las realidades, he aquí esta nota.

Anna Donner Rybak  © 2012
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