miércoles, 1 de septiembre de 2010

Jorgito, Dantecito y Josecito.


Adorada Chunchi:

Antes que nada, las invitaciones las elegí en ArtLucky, nos van a costar un poquito caras, pero adorada, son tan hermosas, un fondo sobrio verde oscuro… con letras doradas, es lo menos que merecen los pobrecitos de Dante, Jorge y Luis, después de todas las humillaciones que pasaron. ¡Aún me resulta insólita la injusticia de su cautiverio! Pobres, privados de su libertad, quien sabe en snif, snif, qué condiciones deplorables.

¡Y todo por unas cuentitas de morondanga! Fijate, adorada, si hubieran sido cuentas de montos para considerar, tipo base un millón de dólares, todavía, pero lo que más me indigna, adorada, es que eran chirolitas! Es lo que mamá me da para gastar en mi guardarropa, tipo Jorgito Ibáñez, Laurencio Audot, esos los más baratitos, adorada, porque son de acá enfrente, viste, del charco, pero después cuando vamos con mamita a los desfiles ahí, Gucci, Cavalli, Chanel, Sonia Rykel, y bueno, adorada mía, fijate que ¡ellos protestan por menos de lo que mamita me da para vestirme! ¡Es una infamia! ¡Hacerlos sufrir todos estos años de cautiverio por chirolas! Lo hicieron por maldad, no, ya sé, Chunchi, ¡de envidia! ¡Ah, qué horror!

Además Jorgito, Dantecito y Josecito nunca se quedaron con nada que no fuera de ellos, ¡qué acusación más infame! Todavía que intentaron salvarles las chirolas de esas cuentas de morondanga en las Caymán, que se arriesgaron por ellos, ah…

Pero esta será La Fiesta del Año, Jorgito, Dantecito y Josecito merecen eso y mucho más. ¡Cómo hubiera disfrutado de la fiesta Monseñor Escrivá! Pero él está en los corazones de Jorgito, Dantecito y Josecito, en eso me quedo muy tranquila, adorada.

Te adelanto que también arreglé con la Guardia Nacional por el tema de los Fuegos Artificiales, (já, cuando la mersada que los mandó en cana vea los Fuegos, en el Cielo, lo voy a disfrutar tanto, mi querida…)

Bueno, adorada, voy a controlar si Josefina colgó los palillos con las prendas en consonancia así amorosa como tú me lo sugeriste, y después voy a ver si Edmu… vos ya sabés, como es Edmu, por eso me acordaba más de Dantecito, ¿cómo no acordarme de Dantecito si nos reuníamos en la sala de Directorio del Banco de Montevideo muchas noches? A propósito, mi adorada, ahora que estamos en confianza, a mi me pasaban cosas que no entendía muy bien cuando Dantecito me abría… cuando Dantecito me abría… cuando Dantecito me abría… la Puerta de Roble, ¡qué trabajo de escultura, por Dios! A veces, se paraba, a veces se paraba, a veces se paraba de modo solemne al recibirme tras la puerta, qué elegancia Dantecito, con sus Bogani, Balenciaga, ah… pobrecito, andá a saber las mugrosas prendas que se tuvo que poner durante su estadía en el Recinto Carcelario…

Todavía guardo la cartita de Jorgito, Dantecito y Josecito, todas las noches la leía, y se me caían las lágrimas, todavía siento la voz de Dantecito.. cuando le escribió al infame presidente de izquierda.

Te mando una copia, para que leas el sufrimiento descarnado de los pobrecitos, yo lloro cada vez que la leo, y cuando vuelva de lo de Gussy, porque ahora se me rompió la otra uña esculpida, hablamos, mi adorada, porque faltan muchos detalles para coordinar, el Salón, las Flores, la Música, el Catering, ¡tenemos que armar las mesas! Ah, qué estrés, porque la pobrecita de Laetitia tengo que pensar en no sentarla con ya sabès quien, y Gussy, que está peleado con Jorgito Ibáñez que viene exclusivamente, ah, no, Chunchi, me tenés que ayudar a armar las mesas, y los centros, las velas, las tortas, ah, que estrés…

“Al señor Presidente de la República
Dr. Tabaré Vázquez
Presente

Hace cuatro años que estamos injustamente presos, y hoy, usted es responsable. En un hecho que enluta la tradición democrática de nuestra república, nosotros, Jorge, José y Dante Peirano estamos recluidos sin que un fiscal haya realizado una acusación formal o un juez haya dictado una sentencia.

Por estos motivos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA ha admitido nuestro reclamo. Nos produce pudor como uruguayos tener que pedir justicia en los organismos multilaterales internacionales porque no la encontramos en nuestro país.

Así es como la comunidad internacional mira con ojos asombrados a funcionarios de su gobierno que nos auguran un mínimo de diez años de cárcel. Su gobierno no tiene vergüenza en demostrar la coacción sobre la justicia, poniendo en tela de juicio la independencia de poderes.

Los momentos sufridos no son nada comparados con el triste final de nuestro padre, el Dr. Jorge Peirano Facio, quien luego de una vida notoria e íntimamente ligada con las instituciones de nuestro país, murió a los 82 años en la cárcel por su delicado estado de salud, habiendo la justicia uruguaya exhumado sus restos sin la presencia de abogados o familiares, en base a denuncias sin fundamento alguno.

Sus declaraciones públicas sobre nuestro caso confirman que usted se prestó -desde la más alta investidura como Presidente de todos los uruguayos- a convencer a la ciudadanía que los culpables de la crisis del 2002 en el Uruguay han sido los Peirano, cuando es un hecho evidente que la misma tuvo su origen en el descalabro ocurrido en la Argentina a fines del 2001, y múltiples y complejos factores la profundizaron. En una próxima carta queremos aclarar ante la opinión pública nuestra verdad y los datos concretos que demuestran la voluntad que siempre hemos mantenido de honrar los depósitos.

Hoy, como sucede con muchos, somos los Peirano presos sin justicia. ¿Mañana quién? Ojalá lo sucedido en nuestro caso sirva para que tome impulso la reforma y modernización de nuestro arcaico proceso penal en bien de todos.

Nuestro sufrimiento puede ser una anécdota, las instituciones del Uruguay y su prestigio internacional, no lo son.

Nos valemos de esta oportunidad para saludar a usted atentamente.

JORGE PEIRANO BASSO C.I. 1.119.509/2
DANTE PEIRANO BASSO C.I. 1.561.976/9
JOSÉ PEIRANO BASSO C.I. 1.576.763/3"
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