Antes de comenzar, pido disculpas porque voy a tocar un tema del cual conozco de poco a nada. Perdóneseme el atrevimiento, pero aún desde esta ignorancia hoy leí sobre algo que no había profundizado, y tampoco he profundizado sino esbozado, o; si se lo prefiere, "contorneado".
Voy a hablar de religión y soy atea. Sin embargo, no lo considero una contradicción. Tampoco voy a hablar de una religión en particular, pero quisiera distinguir entre dos "filosofías de la religión" bien distintas: La judeocristiana, y la budista. La primera ha sido utilizada (entre otras cosas) para someter y acatar. La segunda, no me lo parece,y esto ya la hace destacable para mi. El fin es la paz consigo, encontrar un equilibrio que se contrapone con el "caos" en que estamos inmersos.
Esto, (no importa ni el medio ni el fin) es, sin lugar a dudas, algo SANO. En mi lectura vespertina hay una gran parte dedicada a lo que significa un "gurú", y a conceptos del budismo.
Insisto, pretendo destacar el FIN, que es lograr el control de la mente, una misión anhelada por todos y cada uno de nosotros. Por mi, ni les cuento.
A través del acto de la "meditación", se dice lograr un "abandono" del ego, para entrar en conexión con el Universo y con "dios". El
Existen en India sitios para lograr el preciado objetivo (que la mente no IMPIDA que nos relajemos). Ojalá yo pudiera lograrlo así. Pero todos somos distintos, y a mi, lo que se me impone cual receta, no puedo lograrlo. Sin embargo, otras personas, llegan a convencerse de que lo logran, y tanto se convencen, que lo logran al fin.
Según se describe luego de repetir los mantra, y de sumirse en un silencio de varias horas, por varios días, se logra la conexión (mejor dicho la desconexión) de la mente y el cuerpo. Es entonces que se repiten cantos, conceptos, uno habla consigo, etc, y la cuestión es que llega un momento en que (cada uno, mediante un mecanismo diferente) lo logra.
El caso de la protagonista de la historia: Se sienta a meditar una tarde en la India, y descubre que está lleno de mosquitos. Si bien su primer instinto es matarlos e irse, lo piensa mejor y se propone quedarse a pesar de que la pican durante dos largas horas. Primero, no lo soporta, pero luego, su cuerpo se acostumbra, y luego se olvida de los mosquitos. Cuando cae en la cuenta, pasaron las dos horas, y pudo. Este logro es de suma relevancia para la protagonista, porque pudo controlar la situación, el cuerpo, todo.
El asunto es entonces, no importa si es por medio de "Dios", o "fundiéndose en el Universo", o "desprendiéndose del cuerpo y del ego", lograr el control de la mente. Y parece bien efectista y sano el poder de la religión budista y de la meditación. (Los resultados están a la vista).
Los hindúes son personas relajadas, la palabra "stress" parece estar muy alejada de ellos, si bien están sometidos a una extrema pobreza, a trabajos forzados, a soportar temperaturas muy elevadas, esta meditación y autocontrol, es una herramienta muy importante para su vida entera.
En definitiva, con Dios, o sin Dios, todos ansiamos la tan preciada PAZ interior. Esto sí es una certeza. Y el concepto de fe, es muy importante para llegar al fin-en-sí-mismo.
La fe puede ser en una piedra, un océano, un Dios, o simplemente en uno mismo. Esto depende de cada uno, de nuestra personalidad, formación, visión del mundo. Lo que sí queda claro es que todo depende de uno.
Desde elegir creer o no en Dios, en caso afirmativo, qué tipo de credo habrá, en caso negativo elegir en qué creer.
En mi caso, creo en mi. Y me hallo en la búsqueda del control de la mente, para poder evitar sensaciones displacenteras, como la angustia, la taquicardia, quizá practicar yoga podría ser un buen comienzo. O no. Al menos, sé hacia donde se van clarificando mis "caminos".
Anna Donner Rybak © 2012