En la película “Midnight in Paris” el genial Woody Allen hace una apología a la contingencia de la negación del presente a través de la nostalgia. Así, el protagonista tiene idealizada la París de los años 20, época en la cual el movimiento artístico e intelectual tuvo un carácter renovador en relación a la sociedad de acuerdo los tiempos que corrían, una París “de vanguardia”.
Un ejército de nostalgia cargado de referencias intelectuales a sus maestros artísticos “camina” entre el presente y el pasado. Así, el protagonista tiene el privilegio de conocer a Hemingway, Picasso y Dalí.
El argumento es demostrar la contradicción que encierra la frase “Todo tiempo pasado fue mejor”, revelándose a través de la misma (en verdad) una negación del presente.
Sin desmerecer en absoluto a aquellos quienes argumentan “a favor” de la SOPA por el asunto de los derechos de autor, y demonizan a “la internet”, sucede estos buenos samaritanos parece que (también) están negando un presente con internet, que, por más que no les guste, existe, y ya no hay marcha atrás.
Así, por más que hagan plebiscitos, y protesten y protesten contra los sitios de internet donde existe la opción “descargar gratis”, su protesta devendrá en una queja, es decir en la inacción.
Es entonces que (mediante el argumento de Allen de la negación del presente) estos individuos pretenden impartir una especie de “película de terror” en todo lo que a internet concierne.
Los argumentos esgrimidos para tal fin son terroríficos: “Digitalización de la guerra”, “que millones de personas tengan accesos ilimitado a cosas peligrosas es peligroso”.
Pero los disculpo. Seguramente pertenecen a la generación de mi madre, que cada vez que escribía una letra en un Word, me preguntaba “¿se me borra todo ahora?”, “¡No veo lo que hice!”, “¡La máquina me borró todo!”
Internet es difícil para las generaciones anteriores, esto es una realidad, quizá por eso estas personas desconocen que es UNO quien fiscaliza cómo navegar por esas aguas.
Tanto YouTube como Facebook como Blogspot tienen opciones de configuración de seguridad. Se puede impedir que nuestros escritos no sean “cuteados&pasteados” porque existe el modo de hacerlo, se puede estar en las redes sociales de modo “sano”, esto equivale a decidir si estamos para compartir nuestra vida, o si estamos para difundir nuestras obras.
En estos días en que el tema SOPA está en el tapete he leído de todo. Internet de pronto se transforma en un drama de la posmodernidad, y hasta me he encontrado con cada cosa…
Dícese que hay un capital cultural sin límites, y se pretende hacer arribar (mediante el silogismo de la oposición), a que la red va en detrimento de museos, bibliotecas milenarias, y otros que son tan ridículos que ni me da para mencionarlos ahora.
El nacimiento de internet supuso un paso IRREVERSIBLE. La red es un repositorio de datos mundial, y yo me pregunto por qué tanta insistencia en instalarse en el lugar de la queja en vez de maravillarse por todas las bondades que se pueden lograr a través del “mundo de la red”.
Cualquier persona, en menos de una décima de nanosegundo, oprime una tecla y tiene a disposición lo más sagrado, que es LA INFORMACIÓN.
Además, a mayor información, más cultura, esto es misión inútil negarlo.
Se me dirá que ahora uno está “en peligro” puesto que ya ha perdido su anonimato, que un terrorista de Al Qaeda nos puede rastrear y asesinar, y sí señor, así es, pero como diría Traverso en Subrayado “Así está el mundo señores”.
Y, volviendo al genial Woody Allen, y a la sublime máxima de querer negar el presente, esto es lo que quienes abogan al razonamiento anterior pretenden hacer.
Señores: la demonización de internet no suma, no aporta NADA, absolutamente NADA. Es mejor entonces ver “la mitad del vaso medio llena”, en vez de predecir catástrofes como la extinción de museos y bibliotecas, ¿por qué no detenerse a pensar en lo positivo?
¿Qué es?- se preguntarán.
Mucho. La disponibilidad de la (sagrada) INFORMACIÓN “on line”.
Para pensar.
Anna Donner Rybak © 2012