domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Y ahora, qué?


"Un porvenir virgen aguarda..." dice la filosofía existencialista, y continúa "...para hacer de él lo que nos venga en gana."

Este postulado, como todos los del existencialismo, es certero y fulminante. Muchos fueron lo que les "vino en gana", y los resultados son desoladores.
Pero, como todo postulado existencialista, aboga a la premisa del "eterno retorno", por lo tanto ahora, "el día después", sigue existiendo otro porvenir virgen que nos aguarda para que hagamos de él lo que nos venga en gana, y esto puede significar deshacer lo que otros han (mal)hecho... quien sabe, o quizá tomar lo bueno de lo malo y seguir caminando, quien sabe...

Cuando éramos niños fuimos muchos los que soñamos con el mundo de Los Supersónicos, un futuro de robotinas, máquinas alimenticias, y el "must have" era el TV pulsera que tenía Cometín, mientras todos sus compañeros se aburrían en la clase, él miraba TV.

También soñábamos que algún día terminarían esos años negros, en los cuales los varones debían usar el pelo muy corto y "nunca tocar el cuello de la camisa" del uniforme liceal, un tiempo en que no existían senadores ni diputados, un tiempo en que no había partidos políticos ni elecciones, un tiempo donde no lo sabíamos porque éramos niños, pero "gente grande" era requerida en las cadenas previas a las 20, gente era secuestrada hacia el infierno de la cárcel, la tortura y la muerte.

Dejamos de ser niños.
Finalmente se terminó la dictadura. Muchos fuimos los que idealmente tontos esperábamos el día (que debía llegar rápidamente) en el cual enjuiciarían a todos los Terroristas de Estado, y los encarcelarían para que pagaran sus delitos.

El Dr. Julio María Sanguinetti había ganado las elecciones. Era un presidente electo en democracia, y como tontos idealistas creíamos que un presidente electo en democracia sería justo.

¡Qué poco duró aquel sueño! A fines de 1985, el mentado doctor aprobó la nefasta ley de Caducidad, donde muchos imberbes como yo, sufrimos la primer decepción. ¿Cómo un tipo que había sido electo en democracia había pactado con Lucifer para encubrir a los asesinos torturadores?

De ahí en más, seguimos siendo ilusos, y nos abocamos a la juntada de firmas para llegar al número en que pudiéramos hacer un plebiscito porque entonces la gente pediría ¡Las cabezas de los asesinos!
Llegamos a las firmas, se hizo el plebiscito, y ¡otra vez decepción! El Pueblo, ¡nuestro pueblo! dijo ¡NO! , dijo sí a la impunidad de aquellas abominables criaturas.
Entonces fuimos muchos los que bajamos la cabeza y pensamos que El Pueblo era absolutamente idiota al haber votado amarillo.

Paralelamente a estos insucesos políticos, la tecnología avanzaba a pasos agigantados. Las computadoras, internet, ya no había que esperar a que las cartas de papel llegaran, no había que pedir llamada a "larga distancia" para hablar con el exterior, uno podía escribir un email, o podía chatear, y el ser que estaba en las antípodas, estaba "al lado".

Y luego, aquella maravilla del teléfono celular,¡no había que esperar a llegar a casa para hacer esas llamadas importantes! Se podían hacer en plena calle, en la playa, en la plaza, en el bar sin pedir el teléfono, sin ir al "monedero"...
Tan ilusos éramos que creíamos que al fin estaban llegando las cosas que vimos de pequeños en "Los Supersónicos"...
Y entonces ya no fue necesario aguardar más cartas que no llegaban, la llamada de larga distancia para hablar con otro país, los casettes de los del exilio que demoraban meses, ya esos problemas se habían terminado para siempre.
¡Todo sería maravilloso!

Mas en poco tiempo comenzaron a avizorarse las primeras señales de que la invasión tecnológica así como trajo muchas cosas buenas, trajo otras no tan buenas.

Son pocas las personas que escriben manuscrito, por eso la caligrafía es cada vez más "jeroglífica", no son ahora sólamente los médicos los que tienen el patrimonio de escribir garabatos ilegibles, y también son muchas menos las personas que leen un libro, incluso está en duda la futura existencia del libro de papel...

Con la tecnología, los intereses delas masas son otros: voy en el ómnibus y veo zoombies ensimismados en sus celulares, igual puede explotar una bomba a una cuadra que siguen en su mundo zoombie, los seres van aislados, eso de sentarse en la ventanilla y mirar hacia afuera es historia pasada, ahora miran todos adentro de los celulares, lo único que se ve es un contínuo ejercicio de pulgares que "esemesean" cualquier tontería...

Pero esta "zoombización" recién comienza, hay ofertas de lentes de contacto posmodernas que tendrán incorporados una computadora, ¿cómo no transformarse en un zoombie absoluto si ni siquiera necesitarán el celular para "esemesear", o para jugar a "la viborita" , "el tetris", "el buscaminas"?

¿Y ahora qué?

Y entonces cuando el Dr. Sanguinetti lanzó la abominable Ley de Caducidad, y el Pueblo votó amarillo, todos pensábamos... "Cuando gane el Frente todo va acabar"

(¡SE VA ACABAR, SE VA ACABAR, LA DICTADURA MILITAR!)
Y así de ilusos esperábamos, el entonces casi imposible triunfo de la izquierda en este país, voté en 1984 cuando cumplí 18, y recién salimos de la dictadura y ganó el nefasto Julio María, en 1989, perdió el pobre Jorgito porque como es su costumbre habla más de lo que debe, y anunció que vendería el oro, y entonces votaron al Cuqui, porque él dijo que no vendería el oro, pero apenas asumió el Cuqui, lo primero que hizo fue vender el oro, y después en 1994, ¡querés sopa, tomá dos platos! ¡otra vez el Dr. Sanguinetti!, y en 1999, parece que al Jorgito le pusieron un leuko y entonces no dijo demasiados disparates ni lloró en ningún país vecino, así que Jorgito. Y Jorgito nos dejó con las ruedas para arriba en 2002, con el invalorable aporte de Dantecito y Josecito, y ... fue entonces que se nos dio, ¡se nos dio y en 2004 ganó el Frente Amplio!

Todo se acabaría, se haría justicia, se votaría nuevamente, se meterían en la cárcel a todos los Genocidas de Estado, ¡se acabaría la corrupción!, la educación mejoraría, todo sería maravilloso...
Y nuevamente ilusos fuimos.

Nada sucedió. La corrupción está a la orden del día, los crápulas asesinos siguen afuera, y muchos tuvieron la suerte de morirse y nunca serán juzgados porque la vida es esta y el más allá no existe, y ¡otra vez el pueblo dijo NO! ¿Cómo pudieron hacerlo? ¿Por qué dijeron no si ahora el Frente Amplio era gobierno?

Es entonces que a medida que el tiempo corre, irreversible vamos cayendo en la cuenta de que todos fuimos estúpidos soñadores, y ahora que se da lo que todos soñábamos, pasan cosas que no entendemos o entendemos demasiado y nos duelen mucho...

Pero a pesar del pesimismo de las líneas anteriores, mientras hay vida hay esperanza, el CAMBIO es posible, la solución no la tengo, quizá la tenga el Mago Ariel desde su galera donde metía un pañuelo y salía una paloma...

¿Y ahora QUÉ? Ver el COMO.

Anna Donner Rybak © 2011
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