martes, 11 de septiembre de 2012

Aquí no ha pasado nada.


Mi trabajo es con la computadora. Siendo analista, hago software y paso ocho horas diarias sentada frente a ella. Ocho horas diarias desde 1994. 

Aquella mañana de aquel año hacía poco que la gente chateaba, o que se veían videos por internet. De repente, uno de mis compañeros dijo: “No es posible, un avión se está estrellando contra las Twin Towers”. 

En el acto todos nos paramos, fuimos hacia su escritorio y lo vimos. 

No nos habíamos repuesto de lo sucedido cuando al cabo de unos instantes ya no recuerdo si vimos, o si mi compañero dijo: “Otro avión se estrella contra las Twin Towers”. 

No habíamos terminado de asimilar, cuando vimos todos como una de las torres, se iba desplomando lentamente. Y no quedó nada. 

Y unos minutos después la segunda torre, también se desplomó. 

Atónitos mirábamos el monitor, ya se sabía que aviones de American Airlains habían sido secuestrados, que había otro que iba en dirección al Pentágono, y que los pasajeros en medio de la desesperación de saber que morirían irremediablemente, desviaron el avión para que la “misión yihadista” no resultara exitosa. La yihad islámica siempre se caracterizó por la sincronización perfecta de sus atentados. Pero este, hasta ahora, es el más impactante. Las células, la sincronización de tomar esos vuelos, las células camufladas de la yihad, a las que nadie reconocería.

Sin embargo resultó “raro”, por decirlo de  modo elegante, que a días de los atentados, cuando todos estaban absolutamente trastornados por el suceso, y las condiciones de seguridad en los aeropuertos eran extremas, Osama Bin Laden y su familia se fueron de USA como “Perico por su casa”, y aquí no ha pasado nada. 

Como también resultó “raro” que Mr. Bush, al ser informado de lo que sucedía el 11 de setiembre de 2001, estando en una escuela ni se le moviera un músculo del rostro…

Esta era la excusa perfecta para la invasión a Afganistán, y posteriormente, la invasión a Irak, país que fue absolutamente destruido, del cual sólo quedan despojos, un país en ruinas, una Bagdad que ya no será la de “las mil y una noches”.

Así como en nuestro país blancos, colorados y frenteamplistas se dan “la biaba” en el senado, se insultan, parece que se van a matar, culminada la sesión se van a tomar unos “whiskycitos” todos-con-todos y aquí no ha pasado nada, parece que lo mismo hizo Mr. Bush con la familia Bin Laden.

Y aquí no ha pasado nada.

Anna Donner Rybak © 2012
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