lunes, 23 de julio de 2012

De amor y de sexo, de sexo y de amor.


El hombre ofrece amor para obtener sexo y la mujer ofrece sexo para obtener amor

Seguramente todos conocen esta frase. Alguna vez la oyeron, o quizá les fue enviada en uno de esos archivos .pps que traen música, ya sea en forma de chiste, o (peor aún) ya sea en forma de verdad. Esta frase encierra un contenido machista repugnante. (Bue, al menos eso pienso yo.)

A pesar de estar en los albores del siglo XXI, a pesar de que ya pasó el año 2000, año en el cual de chicos pensábamos que viviríamos en ciudades espaciales con naves voladoras, tendríamos a Robotina y a la máquina alimenticia, (cuando llegó el 31 de diciembre de 1999, todos nos sentíamos protagonistas de “2001 Odisea del Espacio”, o “Volver a futuro”. ¡Había llegado el momento! Tanto hablaban del año 2000, y ahora en unos segundos nos meteríamos en él. El mundo celebraba el ingreso del nuevo milenio, ese momento tan esperado que reflejan en su tema “Gente del Futuro” Pedro y Pablo en una estrofa que dice “y nacen los jóvenes del año dos mil”, que bailábamos allá por el 85) , a pesar de decir que “ahora” es DISTINTO que “antes”, frase que si se analiza literalmente es un axioma , porque ahora siempre  es distinto que antes, es una verdad irrefutable, lo cierto es que “ahora” es un poco DISTINTO que “antes”.

Es muy difícil romper modelos de comportamiento que vienen arraigados desde hace siglos, y peor aún, con las religiones de por medio, que para estas cuestiones del amor y sexo, lejos de ayudar, molestan.

Las religiones monoteístas son absolutamente machistas. ¿Qué fin tiene la sexualidad, según las religiones? La reproducción de la especie. Ese y ningún otro. El sexo por el placer del sexo es un pecado. Todo lo que tenga que ver con la sexualidad y el placer es condenado y la persona que lo “padece” se define como “insana” o “perversa”.

Como las religiones son machistas, ¿quién lleva la peor parte? La mujer. ¿Qué hacía una mujer con su deseo? Lo mantenía en las profundidades del inconsciente, lo reprimía de modo inconsciente, porque ella se sentía sucia, insana y perversa, y (también de modo inconsciente) fue “haciendo la vista gorda” a esos “llamados de la carne”, lo cual en sus peores extremos derivó en la flagelación y otros castigos. De locos.

Con los hombres, las religiones fueron más permisivas. Y aquí interviene el machismo, que es el segundo cáncer después de las religiones. El Hombre y La Mujer son concebidos entidades universales establecidas a priori, con modelos de comportamiento absolutamente diferente. La mujer es (como lo definiera Simonne de Beauvoir) un OTRO, una “sombra” que no tiene derecho a decidir, solo puede con resignación acatar su destino, que en el mejor de los casos es casarse para SERVIR a un hombre, vendría a ser una esclava. Así, la mujer sirve al hombre para muchas cosas. “Ellos tienen sus necesidades”, dicen l@s machistas, hablando ya de una necesidad que tiene que ver con el Placer sexual, y bajo ese “lema”,  pues vayan homínidos, y sáquense las ganas, no hay “castigo” ni “pecado” con vosotros, que sois “animalitos del Señor” y debéis de satisfacer vuestros instintos.   Por lo tanto, el hombre nunca padeció del “efecto represión”, de él se esperaba que demostrase su virilidad y no había problema en que él encontrara el placer en la sexualidad, todo lo contrario, esto era ponderado. Sin embargo, para la mujer, la misma necesidad era vista como una conducta perversa, y lejos de ser ponderada era condenada. Así fue que en la mujer (aún en nuestros días) es muy difícil desapegarse de esas conductas aprehendidas, de vomitar su propia represión, y de permitirse el gozo y el placer del sexo.

Si bien estamos en el siglo XXI, la concepción machista del placer y del sexo sigue absolutamente vigente, por más que se diga lo contrario.

Por lo tanto, cito nuevamente la frase del principio:
El hombre ofrece amor para obtener sexo y la mujer ofrece sexo para obtener amor

Y cito otra lista de frases para analizar el impacto y la crueldad que encierran:
Te quiero pero no te amo”, o, “Me gustás mucho pero no te amo”, o, “Te aprecio pero no te amo”, o “Sos una persona bien, merecés alguien que te ame”, etc, etc, etc.

¿Qué se está diciendo con el “no te amo”?

Lo que de verdad se está diciendo es -Contigo sexo sí, sos brutal en la catrera, pero ni se te ocurra pensar en otra cosa, yo con vos “desagoto”, yo a vos TE USO para satisfacer una necesidad, pero NADA MAS, no me interesás un corno, no me interesan tus problemas, no me interesa nada de vos excepto lo que ocurre en las “sábanas blancas”, me importás un pepino, vos no sos para casarse, vos sos para transar.  

Este mensaje es brutal, cruel y descarnado, ese hombre está ROTULANDO a esa mujer como “barata”, “liviana”, “fácil”, lo cual es condenado por el machismo y las religiones. ¿Cómo se siente esa mujer con ese “te aprecio pero no te amo”? Se siente una COSA y no un SER.

Como ya dije antes, insanos, estúpidos, imbéciles son estos comportamientos, pero por desgracia existen, y si queremos “tener éxito” en este asunto del amor, lamentablemente vamos a tener que ACTUAR un PAPEL.

¿Horrible, verdad? SI. ¿Necesario? SI.

Hago un paréntesis. ¿Por qué le es tan difícil tener una pareja para una mujer que tiene más de 30? (Siendo generosa con el número porque también es difícil con más de 25) Ya sea la mujer soltera, o divorciada y con hijos.

Otra vez acudo a la horrenda concepción machista-religiosa. Para esto voy a traer una historia. Cierta mujer, tenía 27 años. Su familia, la veía como una fracasada, ellos entendían que si con 27 no tenía novio o no se había casado era una vergüenza para la familia, porque ellos entendían que esa mujer no era valiosa porque nadie le había pedido matrimonio. No, no es una historia de la Edad Media. Es una historia de ahora. Esa mujer no había despertado el interés de nadie, de modo “natural”. Así de cruel es este mundo perverso.

Pero siguiendo con la historia, sus padres arreglaron un matrimonio para ella. Parece de la Edad Media, pero es de ahora. Estas almas enfermas (ahora yo lo digo y en sentido literal), deberían de hacerse revisar o empezar la escuela, o quizá el jardín de infantes.

¿Qué hace un hombre cuando sale con una mujer que está libre? Lo primero que piensa el homínido imbécil es: “Esta me quiere enganchar para cazarme”,  y como él mismo es tan imbécil que le han enseñado que debe de hacerse el interesante, el “difícil”, que debe de ser un ¡CAMPEÓN!, que con cuantas más mujeres salga y satisfaga su líbido  y “rinda”; y todas digan “Mongo Cucho es una bestia en la cama”, entrará en el libro Guiness, ahí el “campeón” larga la frase como un puñal certero: “Sos una persona bien, merecés alguien que te ame”.

Dije que es preciso ACTUAR. Me explico. El comportamiento del homínido-x-default (ya me dirán muchos que no todos son así, si, lo sé, ahora me estoy dirigiendo a los que son así, a los que causan daño y sufrimiento, no a ustedes, divinos, que por suerte existen, y lloran, y son sensibles, y ojalá todas pudieran encontrarlos antes que a los otros).

Este homínido imbécil si algo tiene (y muy a favor de nosotras, que somos féminas inteligentes) es que su conducta es absolutamente PREDECIBLE.

¿Cuál es la actuación que los hará caer en su propia trampa? ¡Ser como ellos! ¡Vestirnos de “ellos”!

(Lo sé, ahora están pensando que soy una farsante, porque les estoy diciendo que actúen, que sean inauténticas.)

Pero, volviendo al homínido-x-default, sabemos que hay algo que lo MATA. Que lo SACA. Que lo PERTURBA. ¡Usemos el arma letal!

Ellos, dentro de su minusvalía mental, ya vienen “a la defensiva”, pensando cosas como “a esta minita me la transo y después la borro”, por lo tanto, la estrategia es ¡sacarlos de contexto!

Cuando esos “cuisitos” predecibles, son sacados de contexto, ya pierden la brújula, y lo más importante es que PIERDEN EL CONTROL.

¿Cómo se hace? ¡Haciendo lo mismo que ellos!

Cuando el homínido-x-default se está preparando para tirarte la diváin frase, ¡se la tirás vos!, y entonces, (con voz de niña ingenua, medio atontada, mirándolo a los ojos, como con algo de piedad):

Fémina: Tenemos que hablar.
Homínido (ya pensando que le vas a decir “te quiero presentar a mis padres” y ya listo para decirte “te quiero pero no te amo”): Justo te iba a decir lo mismo. Te  apreci/
Fémina: Esperá, Mongo Cucho, dejame hablar.
Homínido (desconcertado): Claro, por supuesto.
Fémina: Quiero decirte que sos muy dulce, que la pasé muy bien, pero no quiero prometerte nada.
Homínido (desconcertado): ¿A qué te referís?
Fémina: Que lo que acaba de suceder entre nosotros como te dije, fue hermoso, pero yo no sé lo que quiero.
Homínido (con rabia): Ah, entonces no sentís nada por mi?????
Fémina: Claro que siento, pero no quiero crearte ilusiones.

Solo esto. Con estas pocas palabras, el homínido en medio de su ira pensará: “¿Así que estás de viva?, ¡Vos vas a caer muerta a mis pies! ¡Ya vas a ver!

Así, el “cuisito” comenzará un trabajo de hormiga, y esa tarea (conquistarte) se volverá una obsesión. Y se mimetizará tanto con su rol, que cuando quieras acordar, lo vas a tener a él arrodillado pidiéndote por favor casamiento.

Queridas féminas, este “recursito” funciona de maravillas. Actúen.  Por más que en el fondo se quieran casar, o quieran volver a casarse a las que ya estuvieron casadas, o quieran encontrar un compañero no solo para las sábanas, es preciso ACTUAR. De lo contrario, en esta sociedad machista y sexista, el homínido-x-defaut asume que ustedes están solas, y que están deseando fervientemente “conseguir” y en su básico encéfalo ellos representan esa situación como “looser”, o “fracasada”. Pobrecitos, ya dijimos que son muy limitados.

Hago un paréntesis. Si no siguieran los lastres de las religiones y del machismo, si la sexualidad fuera tomada de modo natural como un PLACER y no como un fin (la reproducción de la especie), es decir, si este mundo no estuviera enfermo, yo no tendría que estarles escribiendo estas imbecilidades,  porque son imbecilidades, pero lamentablemente para sobrevivir en un mundo imbécil hay que comportarse teniendo en cuenta que estamos rodeados de imbéciles.

El hombre ofrece amor para obtener sexo y la mujer ofrece sexo para obtener amor
Miren que frase tan estúpida. Los hombres quieren sexo y las mujeres quieren amor, es el mensaje subliminal.  Entonces existirían ejércitos de sementales vigorosos, aplastando todo a su paso, como hacían los bárbaros. Y existirían velorios sin muertos en los cuales ejércitos de lloronas darían rienda a su desgracia de ser “inamadas”. Vamos, que el amor y el sexo no son conjuntos disjuntos. (Tampoco quiero decir que no exista el sexo por el sexo y el amor por el amor, digo otra cosa que ya saben).

Anna Donner Rybak ©2012
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