martes, 22 de febrero de 2011

Identidad: ¿esencia o existencia?


El niño es feliz, y su felicidad está dada por su inocencia. No hay en él caretas ni apariencias, y aún de bebé "ve" el mundo. Su "dialecto" es el llanto, y así nos "dice" "Tengo Hambre", "Me duele la panza", "Me muero de dolor porque estoy cortando encías". El consuelo lo hallan no sólamente cuando satisfacen la necesidad del hambre, ni cuando mamá le da el analgésico que le duerme la encía, todo eso tiene que venir acompañado del amor de mamá. Acariciarles la manito, acurrucarlos en el hombro, transmitir amor mediante un lenguaje que sí comprenden desde el día que nacen: La Caricia.

Pasa el tiempo y el niño aprende a caminar, a hablar, y va "viendo" un mundo un tanto extraño, inhóspito, él no ha decidido ser arrojado allí, pero allí está.

El primer ejemplo a imitar es papá y mamá. Por lo tanto, cuando uno decide tener un hijo, debe tener claro que no se trata de llenarle la panza, vestirlo "muy fashion", pasearlo en el carrito aerodinámico con suspensión, papá y mamá son ENTERAMENTE RESPONSABLES de la esencia de ese niño, de su carácter, de su modo de desenvolverse en el mundo, de la capacidad que tenga de dar y recibir. Sí, dije bien, ENTERAMENTE RESPONSABLES.

Hasta que los niños no dejan la infancia, debemos pensar PRIMERO en ellos, y LUEGO en nosotros. Esto significa, no pelear, no generarles situaciones de angustia, darle mimos, hablar con ellos, explicarles y enseñarles el mundo, darle valores. No hay ser en el mundo más infeliz que un niño abandonado.

Y cuando hablo de abandono, no me refiero necesariamente al niño de la calle, que camina por la ciudad con un pantalón con mil agujeros, y sube a los ómnibus para pedir monedas, también está el otro, el niño abandonado porque sus padres sencillamente no tienen paciencia para dialogar con ellos, no tienen paciencia para decirles NO, y priorizan su comodidad y tranquilidad, enviando al chico a ver ese preciosísimo programa de cable, o a jugar con su nintendo.

Los niños abandonados, son proclives a tener una postura de inseguridad absoluta con respecto a sí mismos, ignoran cómo construir la autoestima, muchas veces son introvertidos, pero lo peor, es que DUDAN. De todo. Y de todos. Y ellos (ricos y pobres) son "carne de cañón" para las adicciones.

Son adictos puesto que buscan escapar de un mundo agreste, y entonces buscan el fugaz vuelo de la pasta, o del alcohol. Así cada vez se tornan más dependientes de sustancias que los llevan a relacionarse con individuos de dudosa moral, y pierden tanto el control de la vida, que son capaces de robar y matar por un miligramo de pasta.

Pero no es la intención del presente tratar temas de niños y adicciones, sino de analizar cómo se va conformando nuestra IDENTIDAD.

A grandes rasgos, existe una moral APRIORI, basada en entidades universales, con definiciones universales, la cual el individuo intentará imitar en todo momento, dicho de otro modo, se irá haciendo a "imagen y semejanza" de tales comportamientos. Por tanto, pendiente de la aprobación de los demás, tratando de ser esa imagen perfecta, ese hombre de bien, caballero decente, virtuoso, un buen hombre de familia, que generará próspera descendencia, que hará que sus hijos prosigan la profesión o negocio familiar, y subestimará sus pasiones, obligándolo quizá a estudiar una carrera que no ama, y trucándole la felicidad por hacer aquello que sí ama, etc.

Pero existe otra moral, establecida APOSTERIORI, donde no existen entidades universales, ni definiciones universales, ni generalizaciones, es decir, hay grises, no todo es blanco o negro. Así, nos vamos "haciendo" en la medida que nos hacemos cargo de nuestra vida, y tomando decisiones en todo momento, aceptando que TODO no se puede en esta vida, que cada paso, deja algo atrás.(Claro que algunos se quedan quietos, esperando...) Cada paso es avance, es aprender algo nuevo, por eso se define al hombre como Proyecto, como Movimiento, hoy no soy la que fui ayer, mañana no seré la que soy hoy. Esto surge, puesto que estamos Parados En El Mundo, dicho de otro modo somos Uno "más" su circunstancia. Pero todos esos cambios, los vamos asimilando, y así vamos haciendo nuestra experiencia en este viaje por el planeta, que tiene fecha de llegada e (irremediablemente), fecha de partida.

Vamos construyendo nuestra IDENTIDAD día a día, minuto a minuto, segundo a segundo. Ella es la acumulación de todas nuestras vivencias, las buenas, y las malas.

Dicho de otro modo, vamos tomando determinadas posturas acorde con las etapas de la vida que vamos atravesando. Nos vamos definiendo, y escogiendo, ya sea ideas políticas, postura frente a la muerte, identificación de la sexualidad, cuanto de espiritualidad cuánto de practicidad, y así construimos la IDENTIDAD, formada por una serie de características inherentes sólamente a nosotros y no a nuestro vecino, por ello somos quienes somos y no somos otros.

Tomar postura en la vida, implica DEFINIRNOS, y pautar nuestra conducta, lo mejor que podemos. (Porque hay veces que no se puede).

En esta toma de postura, juega un rol trascendental la autenticidad. ¿qué tan "desnudo" me voy a mostrar en el mundo? ¿Me vestiré de sabio, de bueno? ¿ o por lo contrario trataré de almacenar todo el conocimiento que pueda, y trataré de obrar bien? ¿me la jugaré por mis ideales? ¿o le diré al jefe que es el más sabihondo del mundo a pesar de que es el tipo más burro del planeta?

No sé exactamente a qué factor atribuir la patología mundial del Mediocre.

Lo cierto es que por más que no nos gusten los números, las estadísticas, lamentablemente muestran que Estamos Rodeados.

El Mediocre es ese que no sigue caminando, se queda esperando... pasa el tiempo y las cosas no se desplazan hacia él, es entonces que culpa a todo el planeta de sus fracasos, porque ni siquiera es capaz de asumir su patétita y paupérrima condición. Mediocre es ese compañero que va a chuparle las medias al jefe, y le dice que vos estás demorando pila con ese trabajo que para él es una "papa", es ese que sus alegrías están dadas por el fracaso de los demás,porque carece de motivos propios para generar sus alegrías.

La Mediocridad se va expandiendo como un tumor, el mundo está cada vez más idiota, y tiene muy buenos amigos como Marcelo Tinelli, Cris Morena, porque la ayudan a crecer. Es que a ellos sólo les interesa el engrosamiento de sus cuentas bancarias.

La Mediocridad es todo lo contrario a tomar postura, hacerse cargo, ir de frente, decir la verdad.

La Mediocridad es la envidia porque vos sos flaca y tus compañeras son gordas, y se matan a dietas pero no bajan ni medio gramo, y se quieren vestir como vos, y lo hacen, y no generan (evidentemente) el efecto estético que vos generás, la Mediocridad es aquel pobre tipo que necesita de los aplausos del afuera para "AVISAR" que tiene algún tipo de talento, el mediocre cultiva sus relaciones en base a futuros beneficios (le chupo las medias al jefe y después me va aumetar de categoría), la Mediocridad es Depender absolutamente de los Otros, y por lo tanto estar pediente en todo momento de lo que hacen (trabajo tortuoso si los hay), para después "decidir" en base a la conducta de cierto personajillo que tiene digamos un dejo de prestigio, un destello de fama que le dura una décima de nanosegundo.

El Mediocre no tiene IDENTIDAD. El Mediocre aplica el criterio de la moral establecida apriori, se construye a imagen y semejanza del prestigioso de turno, y cuando este cae en desgracia, se rearma, a imagen del nuevo agraciado, y así... pasa... por este mundo, de largo, sin dejar penas ni glorias, siendo parte de una masa homogénea que no se atreve a decir ni sí ni no ni blanco ni negro.

Pobres. Hay que dejarlos vivir para que sufran.

Pero volviendo al tema de la IDENTIDAD, que es el que hoy nos convoca, es que abogo a la frase del genial Sartre, padre de la filosofía EXISTENCIALISTA:

"La existencia precede a la esencia".

Anna Donner Rybak © 2011
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