Situaciones absurdas y tontas si las hay. No; no hablamos de la historia de Daisy Werthan,
viuda judía de setena y dos años que vive con su empleada afrodescendiente y
que centra su vida en ir a hacer las compras, visitar a sus amigos y asistir a
la sinagoga conduciendo un gran automóvil hasta que tuvo un accidente.
Nuestra Daisy, también condujo pero no un automóvil sino un corcel,
vestida de amazona en ocasión de dos acontecimientos de suma relevancia: el
aniversario de la Guardia de Coraceros y el aniversario de la Policía.
Mucha agua ha pasado bajo el puente y asunto de la policía debió de haber sido avisar a la susodicha que la dueña de una cartera no juega a la porno star y mucho menos anda “colgando” de “feisbuc” fotos como nuestro señor la trajo al mundo en… la ducha.
Indudablemente, nuestra Miss Daisy criolla debe de ser
conducida. No en su automóvil, como Daisy Werthan sino en su comportamiento,
sobre todo después de lo que cualquier profesor del liceo consideraría una
grave falta disciplinaria, lo que Ultratón llevaría a Cacho Bochinche bajo el formato
carta bajo el canto de “decir cosas feas
es asunto grave… boquita con llave”.
Y no estaría de más que Miss Daisy criolla tomara en cuenta
esta eximia máxima de sabiduría. Es más, si se me perdona la redundancia,
hubiera sido digna de felicitación haber considerado por parte de la susodicha
el asunto de la boquita con llave y pensar con la almohada antes de decir cosas
tan feas.
Mas Miss Daisy criolla por esas cuestiones de “el corazón no entiende razones” o “lo que el corazón siente la razón no
entiende” se dejó conducir, no precisamente por Morgan Freeman sino por un… en fin… no sabemos muy bien qué es lo que
condujo a Miss Daisy a decirle a nuestro presidente “Viejo de mierda, te vamos a romper el culo, te guste o no”.
Esperemos que nuestra Miss Daisy criolla reflexione bajo la ducha,
(sin foto para facebook plís), acerca de trabajar en la mejora de la gestión de
su vocabulario, en fin.
Si precisa ayuda, que la pida, nuestro presidente está
dispuesto a enviar una misiva a Morgan Freeman para que la acompañe en el
proceso.
Anna Donner Rybak ©2013