¿Qué sabemos de nuestros indios?
La maestra, en la escuela nos enseñó que había diferentes tribus: Charrúas, Arachanes, Bohanes, Guenoas, Yaros, etc. Pero, que cuando habían llegado los conquistadores, habían acabado con todos, y que por lo tanto en Uruguay, no quedaban más indios, a diferencia de Argentina, Perú, Bolivia, México, que sí quedaba descendencia de los incas, mayas y aztecas.
Por lo tanto forjamos nuestra “identidad nacional” en un prototipo mezcla de candombero/carnavalero (el negro),y los inmigrantes españoles e italianos.
“A nosotros no nos quedan más indios” pensaba yo de niña, y aquello era una incógnita muy grande.
Y, supongo, para todos, puesto que el prototipo del uruguayo, descendiente de uruguayos, era bastante difuso.
Pues bien.
Muchos años más tarde, de otras investigaciones surgía otra verdad: Sí quedan descendientes de nuestros indios.
Entonces, ¿Porqué ese afán de tapar el sol con un dedo y seguir asociando al uruguayo con el Carnaval y el Candombe, cuando estos fenómenos venían de los esclavos negros?
La conocida historia de que los cuatro últimos charrúas fueron llevado a Europa, concretamente a Francia y no sobrevivieron parecería ser la única e irrefutable verdad.
Pero lo cierto es que cualquier estudio antropológico devela que obviamente esto no puede ser tan tajante.
Pues sí: Quedan descendientes de charrúas, que fueron haciendo mezclas con blancos, generándose descendencia.
Y también en Francia hay personas con rasgos charrúas.
Entonces:
Uruguayo está indisolublemente asociado a charrúas, yaros, bohanes, arachanes, etc.
Los Fogones Artiguistas.
Con el Genocidio Indígena (1831) comenzó un proceso atroz que siguió con el alambrado de los campos consolidando la injusticia del latifundio.
La pradera, sin embargo conservó la memoria de una propuesta solidaria, multicultural.
Artigas no es un milagro inexplicable, no es la perfección de un tiempo imperfecto. Es la expresión de la alianza en pie de igualdad de los pueblos originarios no imperiales con los afroamericanos, las nuevas comunidades indio cristianas, los criollos discriminados, los mestizos y los mulatos, todos ellos enfrentados a la opresión colonial y a la opresión de las nuevas oligarquías criollas en alianza con Inglaterra.
Las primeras acciones libertarias en las trece colonias norteamericanas, en pleno siglo XVIII, las emprendieron patriotas disfrazados de indios; en los fogones artiguistas se cantaba: “Cielito clelo que sí/tómense su chocolate/aquí somos puros indios/ y sólo tomamos mate”, y se usaba la vincha blanca porque el blanco era el color charrúa para la declaratoria de la guerra.
Después, cuando el artiguismo fue desterrado, San Martín le dijo a las provincias: “un genio maléfico os ha inspirado la idea de federación”, y Rivera, justificando el genocidio indígena, comparaba a los charrúas con los iroqueses para explicar porqué su destrucción era inevitable.
Los últimos charrúas.
Los sufrimientos padecidos por un grupo de charrúas, que fueron objeto de curiosidad y manipulación francesa, guardan como único reconocimiento un homenaje y una historia poco difundida que el monumento a Los Ultimos Charrúas, ubicado en el Prado de Montevideo (sobre la Avenida Delmira Agustini) nos revela.
Esta obra estuvo a cargo de tres escultores uruguayos: Edmundo Prati, Gervasio Furest Muñoz y Enrique Lussich. El material empleado fue bronce y para el basamento se utilizó granito rosado. El monumento, iniciativa de Baltasar Brum, en 1930, quedó terminado recién en 1938.
En él se representa al grupo de cuatro Charrúas, con sus vestimentas características, que rodean un fogón en el que se calienta un caldero. A la izquierda se observa al curandero Senacua Senaqué, que sentado sostiene un mate en la mano derecha. Detrás, de pie, el cacique Vaimaca Pirú, le sigue María Micaela Guyunusa, sentada, con una niña en su falda. Delante de ella se encuentra la figura del guerrero Laureano Tacuabé Martínez. El monumento lleva una placa con el título "Indios Charrúas".
A cambio de cinco francos.
Estos cuatro indígenas del territorio oriental integraron un grupo llevado a Francia por el capitán François Curel, presidente del Colegio Oriental de Montevideo. Los charrúas partieron el 25 de febrero de 1833. El argumento del capitán francés para el traslado de los indios fue variado, presentarlos ante el rey de Francia, sociedades científicas, personas distinguidas e ilustres y realizarle estudios antropológicos. Pero las intenciones resultaron otras, pues en el mes de mayo, ni bien llegaron a la ciudad luz, los Charrúas fueros exhibidos como una rara especie de animales y para ello se instaló una toldería. La posibilidad de observarlos consistía en el pago de cinco francos.
Vaimaca tenía 55 años, fue soldado de Artigas y estuvo luego al mando de las huestes de Rivera. Tenía una relación muy estrecha con Senaqué, médico indígena y jefe religioso, que en el momento de la partida se estima tendría entre 56 y 57 años. Ambos no se adaptaron al cambio de ambiente, extrañaron a su familia y no soportaron los malos tratos, dejándose morir, sumidos en la depresión.
La causa de la muerte de Senaqué, en el mes de junio, fue fiebre, cansancio y debilidad. Dos meses más tarde y en iguales condiciones deja de existir Vaimaca.
Guyunusa de 26 años, a los cuatro meses del arribo a París, dio a luzuna niña, hija de Vaimaca Pirú. Ellas dos, junto a Tacuabé (23 años) fueron liberados gracias a la gestión de un grupo de damas horrorizadas por el trato dado a los indígenas.
Guyunusa muere de tuberculosis en el Hospital de Lyon, en julio de 1834. Tacuabé huyó con la niña, desconociéndose su paradero.
CHARRUA
Los charrúas fueron un pueblo indígena originario del territorio delimitado por el Río de la Plata, el río Uruguay hasta el río Ibicuy (sur de Brasil en América del Sur). Posteriormente a la invasión española, algunas familias se desplazaron hacia zonas meridionales de la Mesopotamia argentina y quizás zonas costeras del río Paraná medio.
Fueron, junto con los chanaes, los guenoas y los yaros, los primeros habitantes históricamente conocidos de las tierras del actual territorio del Uruguay. Los charrúas también habitaron el centro-este de la provincia de Entre Ríos, el sureste de la provincia de Corrientes y la campaña riograndense (las 'pampas' de Río Grande del Sur).
Asimismo, otra parcialidad de los charrúas (los martidanes) vivía en Entre Ríos, Argentina de la que se conoce muy poco.
Además de los charrúas propiamente dichos, pertenecían al mismo grupo étnico los minuanes y los guenoas que formaban un mismo grupo también denominado guinuanes. Los bohanes son considerados por algunos estudiosos como relacionados a los yaros de origen káingang y por otros como integrantes del grupo charrúa. Los chaná-timbú-beguá, muy parecidos a los charrúas, eran posiblemente, el producto de reiterados mestizajes y aculturaciones entre pámpidos y láguidos, en las costas paranaenses de la provincia de Santa Fe habitaban los calchines quienes también son considerados de filiación charrúa.
Al momento de la llegada de los españoles, los charrúas dentro del actual territorio uruguayo ocupaban el área al norte y al sur del Río Negro (o Hum) y se acercaban a la costa en el actual departamento de Rocha. Los minuanes estaban en la costa argentina del río Uruguay al norte de la desembocadura del Río Negro. Los actuales departamentos uruguayos de Río Negro y Durazno eran ocupados por los yaros. Los bohanes se hallaban en los departamentos de Paysandú y Salto, sin embargo, algunos mapas jesuíticos los ubican en Entre Ríos, por lo que es posible que algunas de sus parcialidades hayan cruzado el río Uruguay. Los guenoas estaban en la zona de los departamentos de Tacuarembó, Treinta y Tres y Cerro Largo extendiéndose también por el el río Ibicuy, al sur del Brasil.
Posteriormente a la fundación de Montevideo, los charrúas se desplazaron hacia el norte absorbiendo a yaros, bohanes, guenoas, chanás y minuanes quedando prácticamente confundidos con ellos, por lo que usualmente se les ha designado a todos estos grupos genéricamente como charrúas.
La mujer charrúa nativa la que se relacionó con los hombres europeos y dio origen a los primeros mestizos, que en general, adoptaron una cultura intermedia y fueron conocidos como "gauchos", en el caso de los hombres, o "chinas", en el caso de las mujeres. Estas últimas continuaron viviendo en las tolderías charrúas, y a su vez, se siguieron mezclando con los colonizadores blancos así como también con guaraníes, complejizando aún más el proceso de mestizaje.
Origen del nombre Charrúa.
Tras el vocablo "Charrúa" se han postulado diferentes versiones de su origen, la mayoría de ellos despectivos, a saber “Los arrebatados”; “Los destructores”; “Los jaguares”; “Los mutilados”, y otros un poco más románticos como “Los acuáticos” o “Los pintados”. Lo cierto es que epítetos no faltaron por parte de los extranjeros, respecto a cómo identificarlos. Sin embargo, nada se sabe aún respecto a cómo se autodenominaban los integrantes de esta familia nativa.
Recientes estudios demuestran que “charrúa” no es una palabra de origen americano y mucho menos indígena. Este término existía antes del descubrimiento de América, y se usaba para denominar un tipo de máscara existente en algunas comunidades gallegas y cuyo origen se remontaría a la prehistoria, probablemente para ser usadas en fiestas populares, como el carnaval. Quienes usaban en Galicia estas máscaras llamadas charrúas, se disfrazaban y pintaban de manera llamativa, mientras gesticulaban con cierta agresividad.
La colorida vestimenta de los indígenas que los europeos invadieron en las costas del Río de la Plata, así como su rostros pintados a modo de máscaras junto a extraños gestos, rememoraron en los navegantes españoles a aquellos gallegos que se disfrazaban en sus fiestas con sus máscaras denominadas charrúas. En poco tiempo el término se popularizó y fue adoptado de ahí en más hasta nuestros días.
Cultura
Pertenecían al gran conjunto pámpido, teniendo fisiotipos y cultura material muy similar a la het o pampas antiguos, a la de los tson'k o patagones, a la de los qom'lek y a la de los kadigüegodí, para hacer mención sólo de algunas de las etnias que habitaban la gran Llanura Chacopampeana y la Patagonia Extraandina. Sin embargo, hacia el siglo XV recibieron importantes influjos culturales de un pueblo amazónico el de los avá o guaraníes. De modo que mucho del léxico actualmente conocido del idioma charrúa deriva de aportes lexicales del avañe'é o guaraní, como son la toponimia y los nombres propios, al mismo tiempo que el lugar donde habitaban refería a: "Río de los pájaros pintados" (en guaraní).
Sociedad
Básicamente los charrúas no eran pacíficos; tenían una organización social muy fuerte, organizadas en jefaturas (esto es: gobernadas por un 'cacique', jefe que aunque solía pertenecer a un linaje debía ser electo y consensuado permanentemente por el conjunto), donde los vínculos interpersonales eran muy importantes y conservaban la filiación poligámica.
Esto quiere decir que los charrúas vivian en grupos los cuales tenia un líder al cual le tenían que hacer caso en todo.
Economía
En el momento de la conquista española su modo de producción era cazador-recolector, aunque rápidamente supieron desarrollar un complejo ecuestre y, con este, una cierta ganadería basada en los bovinos y equinos. Dado el modo de producción (cazador-recolector) era una etnia (2) de "nómadas" -como lo eran casi todos los otros pampidos-, por lo que los únicos vestigios materiales de su civilización son pequeñas vasijas de barro así como parte de sus armas típicas, lanzas, flechas y boleadoras, esta última uno de los objetos más típicos de la región. Estaban conformadas por dos o tres bolas de piedra, unidas por un trozo de cuero de aproximadamente un metro, en un nudo común. Eran utilizadas para cazar principalmente el ñandú, ave típica de la mayor parte del Cono Sur, similar al avestruz pero de menor tamaño.
Historia
Opusieron tenaz resistencia a la colonización española, siendo el primer episodio conocido la muerte de Juan Díaz de Solís durante su descubrimiento del Río de la Plata, aunque, según los cronistas españoles, Solís padeció ante una "tribu antropófaga". Dado que la antropofagia es prácticamente desconocida en la etnia charrúa, muchos suponen que la muerte de Solís puede haberse debido a un grupo de linaje amazónido que se encontraba en ese entonces merodeando las riberas platenses, sin embargo tradicionalmente se ha atribuido a los charrúas este hecho.
El cronista de la expedición del adelantado Pedro de Mendoza, Ulrico Scmidel, describió a los charrúas en su obra Viaje al Río de la Plata'llamándolos zechuruass:
Así pues, con el favor de Dios llegamos al Rio de la Platta el año 1535. Allí nos encontramos con un pueblo de indios llamados zechuruass que constaba como de unos 2.000 hombres, y que no tenían más de comer que pescado y carne. Estos al llegar nosotros, habían abandonado el pueblo huyendo con mujeres e hijos, de suerte que no pudimos dar con ellos. Esta nación de indios se anda en cueros vivos, mientras que sus mujeres se tapan las vergüenzas con un paño de algodón que les cubre desde el ombligo hasta la rodilla.
La epopeya de la oposición a la conquista española por parte de esta etnia ha dado lugar a varias obras literarias, como la conocida Tabaré, escrita por el poeta uruguayo Juan Zorrilla de San Martín. Los charrúas supieron revistar entre las tropas del prócer José Gervasio Artigas, ya contra los españoles, ya contra los portugueses, ya contra los brasileños.
A mediados del siglo XVIII, fueron fuertemente diezmados en la campaña punitiva llevada a cabo por José de Andonaegui.
En 1715 la expedición del teniente García de Piedrabuena menciona que encontró sobre el arroyo Calá en Entre Ríos, 25 toldos de yaros y bohanes.
En noviembre de 1749, el teniente de gobernador de la ciudad de Santa Fe, Francisco Antonio de Vera Mujica aprehendió 339 charrúas que habían escapado del territorio uruguayo, entre ellos los caciques Maigualen, Gleubilbe y Dóienalnaegc, que fueron trasladados a las cercanías del río Salado en Santa Fe, dando origen al pueblo de Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá fundado el 17 de setiembre de 1750 en el lugar donde estuvo situada la primitiva ciudad de Santa Fe (Santa Fe de Luyando) y la efímera reducción de San Francisco Javier de los mocovíes en 1743. Otra expedición de Vera Mujica en enero de 1752 sobre la provincia de Entre Ríos, tomó prisioneros a 53 charrúas que fueron repartidos entre los expedicionarios para su servidumbre. La reducción de Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá desapareció hacia 1820.
El genocidio del Salsipuedes
Artículo principal: Matanza del Salsipuedes
Esta actitud persistente hizo que fueran paulatinamente diezmados, hasta culminar en 1831 con la matanza a orillas del Arroyo Salsipuedes perpetrada por el Gral. Fructuoso Rivera, primer Presidente del Uruguay y su sobrino Bernabé. Esta matanza, fue organizada en virtud a un acuerdo realizado por el Gral. Rivera con los Portugueses. El mismo consistió en la entrega de tierras del Uruguay a los portugueses, las que hoy se extienden desde la actual frontera con Brasil (Laguna Merín) hasta la actual Ciudad de Porto Alegre, a cambio de mantener la "Paz" y asegurar el liderazo de Fructuoso Rivera, logrando así ser el primer Presidente del Uruguay.
De esa matanza escaparon muy pocos individuos —básicamente quienes, desconfiando de sus intenciones, no concurrieron al encuentro propuesto por Rivera— y se los tuvo por exterminados a partir de un episodio muy triste en la historia uruguaya: el envío a París, a efectos de ser estudiados, de Los últimos charrúas, pequeño grupo formado por una mujer y tres hombres. Sus nombres eran Senaqué, Tacuavé, Vaimaca Perú y Guyunusa.
Un caso aparte fueron los niños pequeños que fueron repartidos como criados (siervos) de las familias de origen europeo.
Supervivencias culturales
En el año 2002 los restos del jefe Vaimaca Perú fueron traídos desde Francia y recibieron sepultura en el Panteón Nacional, en un gesto que ha motivado protestas de grupos que buscan honrar la memoria de los primeros habitantes del lugar. En particular, debe mencionarse que existen numerosos descendientes de aquella nación, aunque sean un pequeño porcentaje de la población uruguaya. Se concentran, sobre todo, en la ciudad de Guichón, cercana a la zona dónde se perpetró la matanza.
En las costas del Paraná medio, en territorios de la provincia argentina de Santa Fe habitaban los calchines (no confundir por paronomasia con "calchaquíes"), pequeña parcialidad que se considera era de etnia charrúa, aunque probablemente mixogenizada con otro pueblo afín, el de los ya mencionados chanás.
Dado que la de los charrúas fue la etnia más conspicua que habitó el territorio de la actual Uruguay, coloquialmente los uruguayos u orientales son llamados "charrúas". En la actualidad y de acuerdo recientes estudios del ADN , se establece que más del 40 % de la población del Uruguay tiene sangre Charrúa.
Asimismo, en la provincia de Entre Ríos en Argentina, existen grupos de descendientes de charrúas mestizados que se encuentran en proceso de recuperación cultural, en las ciudades de Villaguay y Nogoyá.
1: es común que se use para todos los "indios" la palabra arawak taina "cacique", pero esta es una generalización incorrecta (lo mismo que la palabra "indios"); con "cacique" se suele mezclar a muy diferentes modos de gobierno entre los aborígenes americanos, en el caso de los charrúas (como en otros pampidos, etc.) la palabra correspondiente en antropología es de jefatura con jefes semihereditarios.
2: de modo análogo al anterior, es común que se use la palabra "tribu" para toda población que desde un etnocentrismo europeo haya sido considerada "salvaje" o "primitiva" e incluso, se llama "tribu" a sociedades estatales urbanas muy complejas como las de los mayas, aztecas, quechuas, chibchas, etc. En antropología se prefiere hablar de etnias, sean o no europeas.
Ultimos Datos de los Charrúas.
“Finalmente, la mujer que acompaña esos tres Charrúas, y que es de la misma tribu,se llama Guyunusa; formaba parte de la última concentración destruida por el generalRibéra; fué conducida presa con algunas de sus compañeras, al mismo tiempo que Péru y Sénaqué. No hemos podido procurarnos ninguna información sobre lo que la concierne personalmente; parece haberse encariñado con el joven Tacuabé.”
Los Charrúas son visibles todos los días,excepto el sábado de las 3 a las 6 de la tarde, Allée d’Antin, N° 19,Campos Eliseos.Precio de entrada: 5 Francos por persona”.
“(…) Al principio se han sentido un poco desconfiados ante la presencia de 15 o 20 extraños. Sin embargo poco después se sintieron más cómodos y como entendían y hablaban bastante bien el español y el portugués pudieron responder a las preguntas que les formularon algunos de los visitantes. (…)”
“(…) Los Señores comisarios nombrados por la Academia de Ciencias y la de Ciencias Morales y Políticas, deseando juzgar el efecto que la música produciría sobre los Indios-Charrúas, han ido el miércoles pasado, a visitar a esos salvajes. El Sr Berton había conducido con él algunos profesores de las orquestas de la Academia de música y del conservatorio, entre los cuales destacamos a los Señores Tulou y Meifred” (…) “Han sido sobretodo muy sensibles a algunos solos de flauta y de trompeta que el Sr Tulou y uno de los profesores que lo acompañaban han accedido hacerles escuchar”
“Tacuabé parece abierto y bueno, su mirada es vivaz, dulce e inteligente. Habla con facilidad a cualquiera que se le acerque y de una manera decente y amistosa; escierto que ha hecho unas muecas bastante feas a los Señores Acádemicos que querían mirarlo de demasiado cerca y someterlo al análisis de su lente; pero ese día me confesó que había tomado un trago de más y que además no le gustaba ser examinado como un animal escaso, y que los curiosos de esa estirpe le molestaban, ese era al menos el sentido de su pésimo español. Este sentimiento, totalmente humano, me pareció extremadamente honorable para él. Pero abórdelo con confianza, háblele de los temas de sus estudios, como las armas, los caballos; objetos de su agrado, como las mujeres y el aguardiente, ofrézcale una pipa de tabaco, una libra de cerezas o un vaso de vino y encontrará en él un ser comunicativo, simpático, benevolente, enfín,un buen camarada.”
(…) “Por ahora, se encuentran muy bien, excepto el pobre Sénaqué, que, me temo,agregará por su muerte una incisión suplementaria a los brazos ya tan tajados de la pobre Michaela (…)
(…) “Apellidos y nombres, Senaqué; País, Indio; Edad, presumiblemente cincuenta seis a cincuenta y siete años; Profesión, favorito del jefe de la tribu, médico: Lugar de nacimiento, tribu de los Charrúas; Soltero. Entrado el 23 de julio de mañana. Muerto el 26 de julio a las siete de la tarde. Permaneció cuatro días en la Maison Royale de Santé.”
“SENAQUÉ, fallecido a los 56 años, Allèe d’Antin Nº 19, el 26 de Julio de 1833”
“No fue tan sólo por especulación pero también por humanidad, que los Charrúas han sido traídos a Francia con su propio consentimiento. Estarían muertos de dolor y de miseria en los calabozos de Montevideo, donde eran cautivos. Ningún cuidado le fue negado a Senaqué por sus conductores antes de su muerte, y su cadáver no ha sido vendido, pero dado por ellos al Cabinet de Anatomía del Jardin del Rey. Los Charrúas sobrevivientes están muy felices de las visitas que reciben, sobre todo cuando son visitas de damas. Su domicilio es de ahora en adelante rue de la Chaussée d’Antin, n° 27, en un local más digno de ellos y de las personas honorables que quieran pedirles audiencia.”
“(…) a su llegada a Francia, los cedió, al parecer, a un especulador de las manos del cual pasaron a un zoológico ambulante.” El 20 de setiembre de 1833, a las 9 de la noche, Micaela Guyunusa dio a luz una niña nacida a término y por lo tanto concebida antes de su partida de América. El
doctor Stanislas Tanchou, enviado por el Sr. Flourens días más tarde para atender a la pequeña por una retención de orina redactó un artículo sobre ese parto al que no asistió, recogiendo al parecer sus datos con la partera, la Sra Lesueur. El relato del Dr. Tanchou que fue publicado en el diario La Gazette des Hôpitaux, contiene la descripción siguiente:
“(…) Así como Guyunusa, que ya había tenido un niño en su país, a orillas del Río Negro (América del Sur), sintió unos dolores de alumbramiento, procuró estar sola,tomó una cuerda que anudó en forma de ocho a la doble empuñadura de una de las puertas del apartamento revestido de lambriz, en el suelo del cual están acostados sobre unas pieles y un fino jergón46. Guyunusa deja esa cuerda lo suficientemente larga como para que tirando se encuentre casi de cuclillas en el suelo. Cuando los dolores se volvieron más fuertes, su marido, Vacuabé (sic), vino a sentarse como se sientan los Sastres bajo ella, de manera a que la paciente pueda ella misma sentarse sobre sus rodillas. Cuando los dolores se volvían fuertes, Vacuabé (sic) se mantenía tranquilo, pero cuando el dolor era débil, o que había pasado, alzaba a su mujer con sus rodillas y la empujaba hacia arriba; al rato la soltaba para producir una sacudida, como se haría para amontonar grano en una bolsa. El parto se hizo en tres horas casi sin dolor; un rato después, esta mujer se levantó, fué hasta la chimenea para calentarse y sentándose en el piso, el mismo día, como los días anteriores y desde entonces Guyunusa se aseó como de costumbre, se bañó la cabeza en un balde de agua fría; tuvo un poco de fiebre de leche, para lo que no se detuvo un instante, comiendo carne casi cruda cuando tenía hambre, como a su costumbre. La pequeña Charrúa nació a término, su cabeza es muy chiquita, sus cabellos son de un negro azabache y muy espesos; su piel es de color tierra de Siena oscura, como la de sus padres. Su madre no pudiendo alimentarla, se dijo, se le dieron alimentos que ocasionaron una inflamación de la barriga, y después del cuello de la vejiga; de ahí la retención de orina por la cual la he examinado. Exigí que esta niña sea alimentada por su madre; hoy se encuentra bien.” “A la tercera contracción, dió a luz. Tenía las piernas cruzadas, manteniéndose suspendida una correa fijada a la altura de su pecho. Ella misma hizo sus preparativos en el día sintiendo que iba a dar a luz. En el suelo, una piel doblada en cuatro le servía para descansar después del dolor, y cuando dejaba la correa. Cuando un dolor volvía, Tacuabé parado trás ella la apretaba en sus brazos y con sus manos le apretaba fuertemente la barriga que deprimía y la hacía saltar de tiempo a otro como para obligar al feto a bajar por su peso. Ella se quejaba sólo durante los dolores y rehusó definitivamente acostarse, habiendo anteriormente dado a luz siguiendo la costumbre de su país. En el momento del pasaje, la cabeza habiendo salido, el niño gritó50. Tacuabé rogó a la Sra Lesueur de asistir a Michaëla cuyas tuberosidades isquiáles tocaban casi los talones, por lo que era imposible entonces recepcionar al niño por delante.”
(…) “En el momento de la expulsión de la placenta que ocurrió inmediatamente después del parto, se quejó de nuevo, retomó su actitud como para dar a luz. Tacuabé la tomó y la apretó aún más fuerte que la primera vez. La Sra Lesueur habiendo palpado reconoció que la implantación estaba arriba y atrás y por leves tracciones reconoció también que ella (la placenta) todavía se pegaba, después de la segunda contracción, se separó. Su mujer no presentaba nada en particular, su volúmen no excedía al de (una placenta de) 5 a 6 meses; era perfectamente circular y de una perfecta integridad.El cordón era muy voluminoso, más grueso que el pulgar, corto.” (…)”
Tacuabé sin que se lo pidiera, trajo un cuchillo para cortar el cordón, una palangana y agua
que había entibiado para lavar al niño.” (…) “Ayer de tarde, estaba abatida, la piel habitual, los senos son muy poco obstruídos51 de un gran volúmen, puntiagudos; el pezón no es distinto y moderadamente obstruído; tiene muy poca leche. El niño no puede mamar a no ser con dificultad a causa de la forma del seno, y de la escasez de leche; se le alimenta; tiene la barriga cinchada desde el parto.” (…)
“El (Tacuabé)ama los niños y acaricia mi hija”
(…) “Michaela, muy bonita para una Charrúa, no tiene otra particularidad física de notar que los rasgos de tatuaje que lleva sobre la frente y sobre la nariz. El tatuaje, tan común en los mares del sur y los Americanos del Norte es poco esparcido en el sur.Entre los Charrúas, es sólo practicado en las mujeres y se limita a tres rayas azulesque se extienden verticalmente sobre la frente, desde la raíz del cabello hasta la punta de la nariz. (…)
El vestido de los Charrúas es extremadamente simple. Está compuesto para los hombres como para las mujeres: 1° de una suerte de gran abrigo cuadrado,en forma de casulla de cura, cayendo casi hasta tierra, y que se agarra sobre el pecho por sus dos ángulos superiores. Está hecho de pieles de animales salvajes, y cosido con hilos de intestinos de avestruz; el pelo está para el lado interior; el lado exterior está pintado de figuras irregulares de diversos colores; 2° de una clase de falda de cuero o paño tosco, llamado chilipa, mantenido alrededor de los riñones por un cinturón, y que baja hasta el tobillo.”
“(…) Desde una hora por lo menos, las cuatro academias prolongan su boba curiosidad, cuando, torturado por su agobiante inquisición, uno de los tres Charrúas, el Vaïmaca Péru, hizo escuchar unos sonidos guturales, que debían ser una interrogación por su mirada muy decidida, al exhalarlos. Los doce académicos debieron estimarse felices de apreciar la organización vocal de los Charrúas, y fué probablemente entonces que el Sr Virey, que había dejado de comer, imaginó que el arco cigomático era más extendido en ellos que en los Europeos. Para mí, se trataba de saber qué idioma había hablado el Charrúa; aguardaba esta aclaración; porque estaba seguro que los académicos lo habían perfectamente entendido y distinguido de los otros idiomas americanos. Pero cuando de nuevo, el Charrúa repitió su frase interrogativa, tuve que concluir que si los académicos poseían el conocimiento del idioma de los Charrúas, no sabían que responderle. Súbitamente, un intruso, colado como yo fraudulentamente entre los sabios, me dijo, pero bajito, por miedo de comprometerse: el Charrúa habló en español, ¿lo sabe? Dijo puramente, muy gramaticalmente: Que veulent ces hommes?¿Qué quieren esos hombres? (…)
Pero una niña ha nacido. Guyunusa ha dado a luz a una niña, una pequeña charrúa que será francesa, parisina, de la comunión del abato Chatel, y morocha picante58. Tacuabé, joven guerrero, al que ven de pié (…) estudia el idioma francés y cuando lo domine al mismo punto que el Sr. Virey, en poco tiempo, hará su informe sobre las cuatro academias y los doce académicos. Será curioso; le dedicaremos un artículo.”
El cacique Vaimaca Perú murió una semana antes del nacimiento de la niñita en París, el 13 de setiembre. Meses antes, el ya citado L.P. escribía sobre él:
“Su nombre es Vaimaca, pero los Charrúas le llaman siempre Péru” (…) “Péru habla con bastante soltura el español y entiende también el portugués” (…) “Deseó, por ejemplo, ver al rey de los Franceses. Es el único hombre que su orgullo de príncipe no juzga indigno de ser visto por él en tierra extranjera. Se propone pedirle una nave y unos cien hombres para volver a América, cortarle la cabeza al presidente Rivera, y vengar a su nación.”
“Vaimaca Peru. Jefe tribu india, (América), fallecido a los 55 años,(calle de la) Chaussée d’Antin n° 27, el 13 de setiembre de 1833.
“El Sr Séguier en su doble calidad de académico y magistrado fue encargado de obtener de la administración, la reparación de los daños y perjuicios causados a los desgraciados Charrúas (…) de los cuales no estaban excluídos los latigazos y esto ante el más mínimo pretexto” .
Acta de Defunción de Micaela Guyunusa.
“El veinte y trés de Julio de mil ocho ciento treinta y cuatro a las once horas de la mañana, ante nosotros intendente de Lyon han comparecido los señores Anthelme Nochet, de treinta y seis años y Etienne Tissot cincuenta y cinco años, empleados en el hospital de enfermos de esta ciudad, quienes han declarado que Micaëla Guyunusa, de veintiseis años, nacida cerca del río Uruguay (América Meridional) domiciliada en Cour des Archers, n° … esposa de … Tacuabé que estaba sin oficio, ha fallecido ayer de noche a las nueve. Lectura hecha de la presente acta a los declarantes, estos lo han firmado con nosotros.”
“Una de las mujeres Charrúas, de esos salvajes de America Meridional, traídos a Francia por un especulador que contaba con su presencia para imponer un rico tributo a la curiosidad pública, y que ha sido completamente engañado en cuanto a su anhelo,acaba de morir en el Hôtel-Dieu de Lyon, de una tísis pulmonar. Es la cuarta persona de esta familia que fallece desde su llegada a Francia. Deja un niño y un esposo que el alejamiento de su patria va a volver doblemente infelices.”
En los archivos de los Hospices Civils de Lyon se me informó que a la sala Montazet del Hôtel-Dieu, donde debió ser atendida Micaela Guyunusa, se le daba entrada sólo a quienes pagaban y muy caro, lo que indique quizás que alguien prestó ayuda a la pobre mujer ya agonizante a su llegada (falleció el mismo día). Por otra parte, cabe aquí destacar que la tuberculosis, enfermedad de la que fallece Micaela Guyunusa, era considerada una enfermedad hereditaria y no contagiosa en aquella época71. Por lo tanto no se habrían tomado las medidas necesarias para evitar el contagio.
Partida de defunción de la Hija de Guyunusa.
“El veintinueve de agosto de mil ocho cientos treinta y cuatro a las dos y cuarto de la tarde, ante nosotros intendente de Lyon han comparecido los Sres Jules Lalounet, de treinta y cinco años pintor y decorador, gran calle Mercière n° 56 y Jean Jacques Chardonnet, cuarenta años traiteur misma casa, quienes han declarado que Caroline Tacouabé, de un año, nativa de París, hija de Laurent doméstico, viviendo en la susodicha casa y de la difunta Michella Gununusa ha fallecido ayer de noche a las cuatro horas. Lectura hecha de la presente acta a los declarantes, han firmado con nosotros:Lalounet Chardonnet”
Por primera vez conocemos aquí el nombre de la niña, que no es ni Mónica, ni Micaela, ni Libertad o Igualdad como se ha afirmado fantásticamente en algunos otros libros o artículos. Pero ese nombre no significa que no haya tenido otro, de corte indígena, en el marco de una estrategia identitaria. ¿En cuanto a Carolina, quizás fue ese el nombre de Mme Lesueur o de la hija de ella o aún de la hija de Dumoutier a la que vimos que Tacuavé acariciaba en París? Señalaré aquí solamente que ese nombre, según los registros franceses, estuvo muy de moda a partir del siglo XIX, lo que quizás se debió a la popularidad de Caroline Bonaparte, o de la reina Carolina, esposa del rey George IV de Inglaterra. No lleva el documento la causa de la muerte de la niña, pero se puede suponer que haya sido contagiada de tuberculósis por su madre.
FUENTES:
-Nuevos datos sobre el destino de Tacuavé y la hija de Guyunusa Darío Arce Asenjo
-Wikipedia.
Anna Donner Rybak ©2010