viernes, 24 de enero de 2014

Lo único que se consigue escribiendo sin cobrar es que los que cobran no puedan cobrar.


Lo único que se consigue escribiendo sin cobrar es que los que cobran no puedan cobrar.

Lo confieso. Leí varias veces aquella oración para constatar que esas letras estaban inscriptas y que no eran producto de alguna extraña voz de mi imaginario. Mas no. Las letras casi que gritaban. Eran tan reales como el aire que respiro. Tomé nota mental, y se activaron una serie de mecanismos que me desvelaron cuál es el mundo en el que vivimos. Cuáles son los valores con los que se manejan millones. “Quien escribe sin cobrar debería ser castigado” repiqueteaba el grito de tan infame aseveración.  

Lo único que se consigue escribiendo sin cobrar es que los que cobran no puedan cobrar. El que escribe sin cobrar le está robando el dinero que debería de cobrar el que escribe cobrando.”, proseguía mi monólogo de pensamientos. “¡El que escribe sin cobrar tiene la culpa! ¡El que escribe sin cobrar es un ladrón!

¡Cuánto habla de la miseria humana esta corta afirmación!

Por oposición supongamos esta otra premisa:

El que escribe y cobra le quita el mérito al que escribe sin cobrar”.

Por partes.

Cada uno escribe como le viene en gana. El que quiere cobra, y el que no quiere no cobra. Dependiendo de la INTENCIÓN con la que escribe. De eso se trata la LIBERTAD. Mientras no exista plagio, el resto es una necedad.

Estos juicios radicales vienen producto del “compararse-con”. Comenzamos mal.

Imaginemos a un escritor que está SEGURO de lo que escribe. Que “se aprueba”. ¿Qué le cambia que existan otros del “afuera” que procedan tal o cual? Si Escritor X cobra, es de suponer que cobra porque hace algo bueno. O algo que es le es conveniente. (Porque no todos los que cobran bien son buenos escribiendo y viceversa).

Se vuelve a reiterar ese modo tan negativo de pensar: “Yo no cobro porque existe otro que no quiere cobrar”. La culpa no es mía, es del otro. Siempre del otro…

Lo primero que se me ocurre pensar acerca de quien realizara tal afirmación es que ignora que en este mundo no todo es pasible de medirse con dinero. O dicho un poco más “intelectuoso”, no todo pasa por el capitalismo salvaje. La consabida frasecita de “dar sin recibir nada a cambio” no forma parte de sus conciencias.

Si Escritor X cobra siempre por escribir y no concibe para él (Escritor X) escribir sin cobrar, eso está muy bien. Está muy bien que cada uno se mueva por este mundo con los valores que considera mejores para él. Pero cuando Escritor X sale de sí para sentenciar lo universal, estamos hablando de algo grave.

Algo grave que revela cuestiones muy oscuras encerradas en la afirmación con la que comencé la nota.

Si Escritor X se sabe bueno o se sabe un hábil negociante, nada debería amenazar sus propósitos.

Entonces, no queda más remedio que arribar a la conclusión de que Escritor X no se sabe bueno y toma el acto creativo del escribir como una competencia.

Porque para que uno sea leído (cobrando o sin cobrar, es lo mismo), debe despertar  interés.

Supongamos a Mongo Cucho que escribe sin cobrar. Y supongamos que Mongo Cucho es leído y que convoca. Escritor X acusa a Mongo Cucho de haberlo desplazado y de ya no cobrar.

¡NO! El escribir sin cobrar no es sinónimo de que a uno lo lean más. En absoluto.

Escribir sin cobrar no es una garantía de que uno será leído. En absoluto.

Vivimos en un mundo de egos negros que matan por cualquier cosa.

Si Escritor X no consigue cobrar, deberá esforzarse más para convocar, para hacer algo que llegue, deberá centrase en sí mismo y en qué podría mejorar.

Pero Escritor X ¡es el mejor escritor de todos los tiempos! ¿Cómo alguien osa decir que Escritor X tiene que esforzarse más o mejorar? ¿Si Escritor X es un Dios?

A ver si de una buena vez se acepta que cada uno es responsable de sí, y de su destino. Ya basta de culpar al afuera.

Cada uno debe enfrentar el mundo del modo que sabe. Pero centrarse en si mismo, no en lo que hacen los demás.

Y si Mongo Cucho es más leído que Escritor X, por algo será. Será por cualquier cosa menos que por Mongo Cucho escribir sin cobrar.



Lo único que se consigue escribiendo sin cobrar es que los que cobran no puedan cobrar.” 

Si tú, Escritor X, consideras que no cobras no es por otros, sino porque tú estás fallando en lo que antes se te daba. ¡Esmérate centrándote en ti y deja ya de acusar a los demás!

 ¿O acaso Mongo Cucho te acusa a ti? Mongo Cucho simplemente escribe y ni te conoce. Haz lo mismo. Como si no conocieras a Mongo Cucho. Como si Mongo Cucho no existiese.

Anna Donner Rybak © 2014
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