lunes, 25 de febrero de 2013

Gato encerrado.


No se puede tapar el sol con un dedo y el pueblo no masca vidrio. EL PUEBLO, ese colectivo tan necesario está siendo ninguneado, vilipendiado. Y sin EL PUEBLO no hay votos, no hay gobiernos, no hay confianza.

Indignación es la palabra. Nada han aprendido los gobernantes. Porque esto no tiene colores. Nada de que los de izquierda “son buenos” y los de derecha “son malos”, que miserias humanas están cada vez más a la orden del día, derechas, izquierdas, todas.

Por quién se está tomando al CIUDADANO COMUN.

Con argumentos tan tibios como falaces han salido a “justificar” el traslado de la jueza Mariana Mota; “es tan competente como la que vendrá”, como si EL PUEBLO mascara vidrio, y no tuviera capacidad de razocinio.

Ya el pasado año, cuando Lucía Topolansky, nada más ni nada menos que nuestra primera dama, nada más ni nada menos que padeciente directa de torturas, dijo “A los pobres viejitos torturadores no los vamos a mandar presos”, o algo por el estilo, la cosa pintaba muy escatológica.

Ocasión sumamente propicia para que la oposición, con su discurso tibio, falaz, y grandilocuente, siendo el padre de la Ley de Caducidad el crápula Dr. Julio María Sanguinetti, ejerciendo la presidencia de la república en el primer período después de los años negros de dictadura, quien ahora parece estar “de acuerdo” con los procedimientos de quienes nos gobiernan.

Cosa de locos.

¿Desde cuándo la causal DDHH, uno de los principales desafíos de los gobiernos de izquierda, comienza a recibir trabas (desde el corazón del gobierno) y desde cuándo un gobierno de izquierda puede estar de acuerdo con el Dr. Sanguinetti, cuya Ley de Caducidad regaló un generoso y divino tiempo para que los tiranos asesinos, terroristas de estado, mueran tranquilos en la paz de sus respectivos hogares?

¿Cómo Topolansky se “apiada” de ellos? No es posible. Naturalmente no es posible.

Como para todo, una causa hay, es a estas alturas más que obvio que dentro del gobierno hay uno o varios que han hecho “tratos con el Demonio”, y entonces urge hacer tiempo (del mismo modo que el Dr. Sanguinetti) para salvar su imagen.

¿Cómo se puede comprender que Huidobro se “haya dado vuelta como una media”? Sí, el mismísimo Huidobro, que testimonió junto a Mauricio Rosencoff en “Memorias en el Calabozo”.

Como desde las épocas de las cacerolas, allá por 1983, el pueblo tiene todo su derecho a manifestarse y salir a las calles, así que la convocatoria es hoy, a la hora 18, para que todos sepan que es un error gravísimo SUBESTIMAR LA INTELIGENCIA COLECTIVA.

Anna Donner Rybak ©2013
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